Reseña: Saint Seiya: Sanctuary Battle

TRENDING

Es sábado muy temprano en la mañana (sólo un niño podría estar despierto a esa hora). Te levantas en tres segundos de tu cama y corres al cuarto de tus papás. Puedes oír su respiración de dormidos desde antes de escalar la cama y meterte entre el enorme edredón que los cobija. Entonces, buscas el control remoto, presionas el botón de bajar el volumen y enciendes la televisión. No puedes gritar, pero quieres que ya se calle el pinche dinosaurio verde y que empiece tu “caricatura” favorita de todos los tiempos. Tres, dos, uno… “loos guaardianeees del uuuniverso…”

Ésta es la reseña de Saint Seiya: Sanctuary Battle.

Saint Seiya: Sanctuary Battle seguramente resonará en la memoria de cualquiera que haya disfrutado de los Caballeros del Zodiaco en su niñez, juventud o adultez. Yo recuerdo con cariño cuando mi hermano y yo nos hicimos armaduras de cartón de Cáncer y Leo —respectivamente—, nuestros signos zodiacales y caballeros favoritos. La nostalgia tal vez sea un lente parcial que distorsiona la calidad real de lo que consumimos cuando niños; sin embargo, no puedo negar que ver a Seiya completamente modelado en 3D fue algo especial. La introducción del juego está basada en la original de la serie (que nunca vimos transmitida por televisión en nuestro país), pero si consumieron el anime en su idioma original con subtítulos en español, seguramente reconocerán el buen trabajo que hizo Dimps en reproducir el sentimiento general de Saint Seiya.

¿Y quiénes son esos de Dimps? Son un estudio que fue fundado por veteranos de la industria allá en el año 2000. Para que se den una idea, Hiroshi Matsumoto y Takashi Nishiyama, estrellas de Capcom (crearon Street Fighter), junto con otras personas de SNK y Capcom, fueron sus fundadores. Han desarrollado títulos como Dragon Ball Z: Budokai y Sonic Colors para DS, mientras que ayudaron a desarrollar pesos pesados como Street Fighter IV. Pues bien, ellos mismos ya le habían metido mano a la franquicia desde el PS2. Aunque Saint Seiya: The Sanctuary y Saint Seiya: The Hades fueron títulos que pasaron desapercibidos y sufrieron el embate de la crítica, decidieron probar suerte una vez más en las consolas HD.

Quiero dejar algo muy claro: si son ultrafanáticos de Saint Seiya, deben ir inmediatamente a comprar Saint Seiya: Sanctuary Battle. El juego desborda fan service: desde una galería de imágenes del anime, los distintos juguetes, figuras de plástico y demás, hasta cada una de las habilidades especiales de los caballeros recreada minuciosamente. Si a lo anterior añadimos que la trama desarrolla uno de los momentos más épicos de la serie, la batalla de las doce casas, creo que hasta los que no son tan fans quedarán encantados. ¿Mencioné que el juego viene en japonés con subtítulos en inglés? Así es como debe disfrutarse el anime si no sabes japonés; es un gusto que exista la opción en el título de disfrutarlo de la forma más pura.

Por desgracia, hay dos aspectos que, en mi opinión, arruinan la experiencia de cualquier persona que esté buscando un beat em’ up sólido: los enemigos y el sistema de combate. Muchos añadirían a este apartado los repetitivos escenarios; sin embargo, si sacan sus viejos VHS con la batalla del santuario grabada y la ven completa, notarán que, en el anime, las doce casas tienen una estética idéntica. Lo que no puedo perdonar; sin embargo, es el mal tratamiento que recibieron los enemigos genéricos del título. Así es: contrario a lo que pasa en el anime, entre cada casa deberás enfrentarte a cientos de monigotes, que más bien parecen un ejército de clones. Pocas veces había visto un esfuerzo tan mediocre por alargar el tiempo de juego. Cuando metí el disco a mi PS3 y casi inmediatamente llegué con Aries pensé “increíble: el juego será como Shadow of the Colossus y cada caballero dorado será un jefe”. Por desgracia, el tutorial rápidamente desmintió esa suposición, pues comenzaron a aventarme monos que eran variaciones del mismo modelo básico de enemigo.

Los enemigos del juego son todos genéricos. No sólo estoy hablando de su apariencia, sino también de su comportamiento. Aficionados a Dynasty Warriors no tendrán el menor problema en digerirlos, pues se comportan de manera muy parecida: algunos corren al azar, mientras que otros se abalanzan hacia el jugador si está lo suficientemente cerca. Incluso los subjefes tienen ataques genéricos que no obligan al jugador a aproximarse a ellos con nuevas estrategias.

Éste problema está unido a un nivel muy profundo con otro: el sistema de combate. Ataque fuerte, débil, poderes especiales y parries son términos que rápidamente se diluyen en la fiesta del botonazo. El título simplemente falla en permitir al jugador desarrollar un estilo de combate táctico. Basta con presionar los botones al azar y con recordar vagamente una o dos técnicas para barrer con los enemigos. ¡Pero puedes jugar con mucho estilo! Sí, pero recuerden siempre que los jugadores siempre seguirán la ruta del menor esfuerzo (ésta es una máxima del diseño de juegos: si en tu título una tarea se puede realizar de una forma más sencilla que la que propones tú, los usuarios seguirán ese camino). Combate genérico y enemigos genéricos son el problema central del juego. Parte de la monotonía es atenuada cuando, al realizar un parrie perfecto, entras en un estado alterado que los fans de la serie conocen como “¡oh, despertó su séptimo sentido no puedo creerlo!”. También puedes activarlo manualmente si dispones del suficiente cosmos.

En contraste, las batallas con los caballeros dorados muestran un potencial latente que me hubiera encantado ver explotado. No voy a adelantar nada, pero, ya desde la batalla contra Aldebarán, sentirán la emoción de enfrentarse a un enemigo que viste hace tantos años en la televisión. Las habilidades que usarán contra ustedes serán las mismitas de la serie y, además, la estrategia para enfrentarte a cada uno será lo suficientemente distinta como para ser una variación significativa del ritmo de juego.

El título también tiene un ligero toque de personalización, pues al eliminar enemigos recibirás experiencia que podrás utilizar para mejorar atributos de tu personaje (yo, como siempre, intenté romper el sistema de juego añadiendo todos los puntos al poder de ataque (lo logré)). A lo anterior, sumen una modalidad de juego tipo misiones que te califica según tu tiempo, la cual podrás jugar en compañía de un amigo y tendrán un bonito paquete para los fans de Saint Seiya. Tal vez un jugador más exigente reniegue de los puntos que ya señalé; sin embargo, hay que aplaudir que un publisher se haya animado a traer a nuestro país un título que tanto han pedido los videojugadores mexicanos. Fans de Saint Seiya, ya llegó por quien lloraban. A disfrutar.

Siete.