Reseña: Just Dance 4

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Enciendes tu consola, insertas el disco y, en menos tiempo de lo que te imaginas, ya ves luces y colores psicodélicos en una ensalada visual digna de la fiesta más irreverente. Esto es Just Dance 4, y con ese inicio nos invita a no tomarnos muy en serio y dejar que los pasos de baile invadan la pantalla.

Ubisoft no dejó pasar la oportunidad de tener un título más de esta franquicia de juegos de baile, ya que han demostrado tener el empuje necesario y la popularidad requerida. El público ama estos juegos. Es un fenómeno similar a Guitar Hero y Rockband. Es un juego aspiracional: te sientes Elvis después de 20 minutos de juego y es fácil darte cuenta de que “no es tan complicado”. Entonces, te picas con una y otra y otra canción, las horas pasan y subes tu mojo (el equivalente a la experiencia en el juego) mientras sudas la gota gorda.

Just Dance 4 no es más que lo mencionado en el título. Sus modos de juego son bastante claros y directos: o bailas o sudas mientras bailas o te grabas haciendo malabares y rarezas (mientras bailas) para compartir con tus amigos a través de Facebook. Este último modo es totalmente un ego-booster si crees tener lo necesario para saltar al estrellato, de otra forma no es más que un escaparate muy vergonzoso y muy gracioso de tu falta de coordinación. De cualquier manera, es un feature que se agradece, ya que reírse de uno mismo y de tus amigos (en el sentido buena onda) puede ser una actividad muy divertida en cualquier reunión social.

Hablando de reuniones sociales, este juego está hecho 90% para la fiesta. Los colores que se manejan son muy llamativos y también las formas muy abstractas. El enfoque central lo tienen los avatares —personajes que carecen de rasgos faciales, pero están llenos de energía y se mueven de manera divertida. En algunos casos, imitan los movimientos típicos de los artistas que representan, como Pink o Rhianna. Las coreografías son más bien relajadas y accesibles, pensadas para que todo público pueda entenderlas y seguirlas. En este apartado siento que carecen de esa sensación de “bailarín profesional” que otros títulos ofrecen, pero se comprende que la complejidad restaría accesibilidad a los más pequeños o a los más casuales. Asimismo, los sensores de Kinect son bastante “laxos” para detectar tus movimientos, lo cual lo hace ideal en esos casos en los que la coordinación no se te da por haberte tomado muchas agüitas de fruta.

Un punto negativo a considerar es que Just Dance no cuenta como tal con un entrenamiento previo a las canciones. Esto quiere decir que te lanzan directo al baile sin que tengas la menor idea de lo que haces. Los símbolos inferiores que muestran cómo debes mover el cuerpo tampoco ayudan mucho, lo que resulta a veces confuso y evita que disfrutes la experiencia. Se encontrarán haciendo preguntas como: ¿A quién le hago caso?, ¿al avatar o a los monitos extraños de abajo? ¿Por qué aparece una flecha hacia arriba cuando estoy aplaudiendo? ¿¿¿Qué, ya se acabó la canción???.

En el ramo multijugador, tus amigos se pueden unir para la reta, dando paso a una actividad de cuatro a la vez, cada uno con su propia coreografía y movimientos clave. El otro 10% del enfoque del juego lo ocupa el modo “Just Sweat” que puede pasar como una buena manera de hacer ejercicio sin sentirte atado a una rutina. Puedes escoger la duración de tu sesión y simplemente debes seguir los pasos de baile acorde a la pantalla. Todo esto, claro, pensado como una sesión de cardiovascular pero con más ondita.

En cuanto a su adaptación a Kinect, no puede ser más acertada. La interfaz es muy clara y muy sencilla, permitiéndote navegar por todas las canciones de forma horizontal y verticalmente. También puedes ver los desbloqueables que tienes disponibles y que ganaste al juntar “mojo”. En cuanto a su precisión, es buena a secas.

Just Dance 4 se ha caracterizado desde sus inicios como un título sumamente casual, haciendo gala de una lista con las canciones “de moda”. Ésta no es la excepción, ya que tendremos, de entrada, 40 de las cuales podemos escoger la que más nos llene el oído. He de decir que la lista es suficiente, pero sí se siente incompleta en el ramo del rock (a menos que consideren a Pink y “So what” como algo rockero). Parte de la sensación seguro se irá cuando tengamos DLCs para ampliar el playlist.

Para mí, que no tengo una pizca de gracia para el baile, pero le echo ganas, es un título de siete punto cinco.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg