Reseña: FIFA Soccer 13

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FIFA lentamente se transforma en un RPG de acción. Mi afirmación suena exagerada, pero quiero explicarles en esta reseña por qué lo pienso. La primera premisa de mi argumento es su impredecibilidad, que, por su parte, constituye el centro del título y produce el conocido efecto que llamaré “sólo un partido más”. Sí, estoy hablando de esa fuerza invisible que nos mantiene pegados al control y que convierte al juego en una verdadera experiencia social si de retas se trata. La segunda premisa son modos de juego como el Ultimate Team, que podrían ser un título por separado de tan vastos que son.

Te invito a leer la reseña a continuación.

FIFA 13 explota al máximo lo antes mencionado con su característica más prominente este año: el control al primer toque. El balance que podrán encontrar entre el azar y lo que controla el jugador es tal que los mantendrá enganchados al juego. ¿Por qué? Por la misma razón que la gente apuesta, juega Angry Birds o espera con ansias obtener un ítem legendario en Diablo III: porque el resultado de nuestras acciones no depende totalmente de nosotros. Cuando matamos un enemigo en Diablo III, por ejemplo, hay un algoritmo que define qué objetos vamos a obtener. Matar enemigos se vuelve adictivo porque cada vez que lo hacemos recibimos una recompensa distinta.

Impredecibilidad

En FIFA 13 cada juego es un delicioso caldo de azar y probabilidades en el que nuestras habilidades entran en juego, pero no nos aseguran la victoria. Enviar un pase, entonces, produce con el control al primer toque una sensación parecida a arrojar un Angry Bird: tu habilidad dicta en su mayoría la trayectoria del balón (si es que no te está empujando un defensa), pero para una recepción correcta del pase intervendrán muchísimos factores que determinarán el éxito o el fracaso de la jugada.

Escribo esto a las tres de la madrugada justamente porque no pude dejar de jugar un partido tras otro. No sé si he sido víctima de una trampa de comportamiento, pero confieso que me he divertido muchísimo. En la oficina nadie —nadie— puede resistirse a una reta de FIFA 13 debido a que, entre otras mejoras, ha sido introducido un elemento de impredecibilidad en prácticamente cada pase. Esto, que quede claro, no es un aspecto negativo, pues tarde o temprano los jugadores más avanzados aprenderán a enviar mejores balones. La habilidad sigue definiendo el resultado de cada encuentro; sin embargo, esta capa extra de azar calculado vuelve al título mucho más interesante por las razones ya mencionadas.

Esto constituye, pienso yo, la esencia de FIFA. Esta dirección de diseño permea muchos aspectos del juego y se cuela hasta en el modo de juego estelar para muchos: Ultimate Team. Verdaderamente se trata de un RPG en el que deberás buscar cartas para mejorar tu equipo, cuidar que haya una buena química entre sus integrantes, ganar experiencia y muchas cosas más que definirán tu éxito. El futuro de los juegos de deportes es claro: un sistema de juego calibrado durante años y modos de juego en línea que utilicen elementos típicos de los RPGs, como experiencia y loot.

Motor de impacto

Quien diga que FIFA no es un título complejo no sabe de videojuegos. La introducción poco cuidadosa de una característica puede arruinar el trabajo de años que representa cada entrega de la franquicia. El Motor de impacto (o Impact Engine) representó el cambio más grande el año pasado y dejó muy claro cuál era el objetivo que perseguían los desarrolladores del juego: la verosimilitud. Querían eliminar los brazos que atravesaban cabezas y los choques irreales. Lo lograron hasta cierto punto. Imagino que fue una tarea enorme crear un motor de colisiones desde cero. A pesar del famoso “beso” de FIFA 12, la nueva característica pareció haber llegado para quedarse. Este año podremos experimentar una versión muy refinada del Motor de impacto. Olviden los abrazos y los besos y denle la bienvenida a barridas brutales y a jaloneos intensos. La inversión que supuso crear el Motor de impacto rinde frutos y ha sido aprovechada al máximo: hay situaciones que sólo pueden realizarse con una simulación física avanzada. Me refiero concretamente a los tironeos y las cargas al cuerpo.

Si bien no todo funciona a la perfección, la fluidez del juego es sorprendente. Tanto la animación como los pases, así como los movimientos, se sienten naturales y lógicos. El problema más recurrente que encontré aquí fue que los jugadores, al acomodarse para cumplir las órdenes que les diste, pueden quedar vulnerables y perder el balón. De nuevo: esto responde a lo impredecible que es el juego. Los expertos, sin embargo, podrán prever y contrarrestar esta pizca de azar con el tiempo. Si vuelven a FIFA 12, súbitamente encontrarán un título más predecible y no tan divertido como lo recuerdan.

Pondré un ejemplo. Van corriendo a toda velocidad y deciden frenar en seco y enviar un pase. El defensa opositor se barre y logra rozar la pelota, que, entonces, sale girando lejos del alcance de cualquier jugador. Ustedes rápidamente cambian al jugador que está más cercano al balón, pero pierden la oportunidad y por alguna razón el juego decide que hay otro jugador que está en mejor posición de robar la pelota. Entonces, ocurre algo muy extraño: el balón se queda ahí en el centro de un grupo de jugadores en lo que ustedes reaccionan y cambian al que realmente está más cerca del esférico.

A menudo, en este nuevo y renovado control del balón, la computadora tomará decisiones extrañas al respecto. Por ejemplo, tal vez el balón salga rodando lejos a pesar de haber sido rozado solamente. Tal vez alguien que iba pasando rápido por “accidente” robará el balón simplemente porque tu jugador se estaba acomodando para mandar un pase que tú le ordenaste dar. Las colisiones defensivas son extrañas. A veces sentí que yo robaba el balón por pura casualidad.

Estos pequeños detalles, de nuevo, no arruinan la experiencia del juego, aunque sí rompen un poco el firme pacto de verosimilitud que el resto del título consigue con detalles como que el árbitro a veces se entrometa en las jugadas y los comentaristas digan “se quiere meter en el juego”.

Gol

Otro de los puntos más fuertes de FIFA 13, y que está relacionado con lo impredecible de algunas nuevas mecánicas, es justamente la atmósfera producida. Anotar un gol no es un ejercicio mecánico: se vuelve un verdadero milagro que se recibe con júbilo. No me malinterpreten: la habilidad sigue siendo el diferenciador más grande entre jugadores, pero siempre está presente ese elemento que nos arrebata la certeza sobre el resultado de nuestras acciones. Como en un partido real, puede ocurrir que el balón pegue en el poste y rebote entre los jugadores sin poder entrar. Y todo esto es posible gracias a que la física del juego es precisa y absolutamente cualquier tipo de contacto tiene un efecto. Este aspecto, junto con las animaciones, han sido dos fundamentos que FIFA ha explotado a lo largo de sus últimas entregas.

Modos de juego

Aquí entramos al terreno de los RPGs de deportes. El modo Ultimate Team es una colección impresionante de cosas por hacer. Año con año, pequeñas mejoras y nuevos formatos son añadidos a la serie. Sin embargo, una de las adiciones más destacadas de FIFA 13 son los Juegos de habilidad.

Les llevará un buen rato terminarlos todos en el nivel más alto. Hay algunos ejercicios de bronce que incluso son algo complicados. Me pareció muy acertada la decisión de categorizar estos ejercicios según la dificultad y de no presentarlos todos como si fueran para todos los niveles de habilidad. Tal vez lo único que extrañé aquí fue una demostración en video de cómo realizar cada uno, pues a veces las instrucciones textuales no eran tan explícitas como deberían.

Debo señalar que todos estos ejercicios se centran en habilidades de ataque y no defensivas. Para eso hay tutoriales por separado. Esto muestra el enfoque que ha tenido el desarrollo este año: muchísimas mejoras al ataque y pocas a la defensa. Será difícil defenderse de un jugador habilidoso. De ahí en fuera, tendrán la Carrera como jugador o director técnico, las Temporadas, los torneos por país, el juego en línea y la EA Sports Arena, que son básicamente competencias en línea más organizadas y con premios.

Atmósfera

El sello de FIFA 13 es distintivo y ha acompañado a la serie desde la edición del 2010. En una plática con Santiago Jaramillo, me comentaba que no han actualizado el aspecto gráfico por el costo que supondría hacerlo. Además, se han enfocado en mejorar el sistema de juego y detalles como la física. De hecho, me dijo que él pensaba que por esta razón su juego era el más vendido año con año.

El ambiente que crea FIFA 13 es especial. Los nuevos narradores son una bocanada de aire fresco que necesitaba la serie y oír cantar a la afición cosas como el clásico “¿cómo no te voy a querer?” sin duda alguna vuelven interesante un clásico como el América contra Pumas.

En FIFA han encontrado ese sweet spot de dificultad para anotar un gol: no es demasiado difícil, pero tampoco muy fácil. Es posible anotar desde fuera del área y realizar jugadas espectaculares y de fantasía. Si bien los jugadores no tienen tanto control sobre algunos aspectos del juego (como la recepción del balón, por ejemplo), es justamente esta característica la que lo vuelve tan adictivo. Transitar este terreno resulta peligroso: un paso en falso y el título podría volverse inestable; sin embargo, EA Canada se las ha ingeniado para que este aspecto sea algo atractivo y no un detrimento. Por un lado, deberás a aprender a enviar y recibir cada pase y, por el otro, nos dieron herramientas como el tiro libre táctico para controlar aspectos que antes estaban fuera de nuestro alcance.

Me gustaría hablar sobre Kinect, pero por desgracia no está disponible en idioma español latinoamericano. Así que si su pronunciación no es muy buena, no les recomendaría que lo intenten. Al final, lo que añade este dispositivo es control por voz que no cambia radicalmente la experiencia.

Conclusión

Año con año, FIFA suma a su lista de características aspectos que, poco a poco, definen su esencia. Este año, las adiciones más grandes fueron el control de primer toque y la capacidad de conducir el balón con precisión al presionar los dos gatillos. Dos extremos del espectro: lo impredecible y el control total de lo que ocurre en el título. FIFA 13 descansa en el punto medio. Ésta es la clave de su éxito y también su esencia. Anotar un gol en FIFA es parte habilidad pura y parte eso que hace especial al futbol: lo impredecible. EA Canada ha hecho un magnífico trabajo este año: pulió el motor de impacto, añadió esta pizca de azar que hace tan especial al deporte y pudo hacer todo esto sin restar control a los jugadores. Nueve.