Reseña: Deadlight – El juego que reivindica a los zombis

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Los zombies han sido un elemento muy explotado en los videojuegos. Han hecho presencia en todas las consolas, pero esto es una de las razones que han contribuido a que pierdan seriedad, tal como lo vimos en Lollipop Chainsaw. Sin embargo ya llegó Deadlight, el juego que revivió algo en mí que hace mucho no sentía: el miedo a los malditos zombies.

(Lo que escuchan es el tema principal del juego. Si quieren detenerlo, al final encuentran el reproductor)

Deadlight es un prometedor juego creado por la compañía española Tequila Works y que nos pone en los zapatos de Radall Wayne, un sheriff que tiene que ir en búsqueda de su hija y esposa en pleno holocausto zombie. Sí, sabemos que la historia es genérica y hasta suena parecida a The Walking Dead, pero Deadlight tiene muchas cualidades que logran hacer que brille por si mismo.

El elemento más importante del juego no es el gameplay, ni la historia. Sin duda algo que te quitará el aliento en más de una ocasión es el apartado visual. No se puede omitir la obligada comparación con Limbo, aunque esto sería como su contraparte realista.

En el juego, el escenario es otro personaje. De inmediato conectarás con lo que sucede en el entorno, logrando una atmosfera que pocas veces he visto en un juego. Lo malo es que esto es un arma de doble filo. Si bien les aplaudo a los chicos de Tequila Works el excelente trabajo que hicieron con los escenarios, especialmente en la cantidad impresionante de detalles que metieron, en más de una ocasión morí por confundir elementos que parece que están en el mismo plano en el que tú estas, por decir, una plataforma en la que piensas que puedes aterrizar. Esto es especialmente molesto cuando están escapando de algo.

Los zombies son otro de los elementos más importantes. Por tu bien, harás todo lo posible por evitar confrontaciones con ellos. Sabemos que son lentos y torpes, pero en Deadlight los manejaron de una manera excelente que al final te deja la misma sensación de amenaza que con el primer Resident Evil.

Y si no te queda de otra y tienes que enfrentarte a ellos, contarás con tres armas a tu disposición: un hacha, una pistola y una escopeta. El hacha la encontrarás en el primer nivel y será bastante útil para mantenerlos a raya, sin embargo tienes que estar atento a tu stamina o te agotarás en dos hachazos. Además la puedes usar para abrir puertas y romper algunos tablones. Por cierto, la animación de cuando la encuentras, es épica. Pueden verla en el demo.

La pistola la encontrarás antes del final del primer acto y será de vital importancia para tu supervivencia. Pero ojo, tiene una gran desventaja: si disparas cuando hay zombies alrededor, llamarás la atención de todos ellos. Aparte tienes que apuntar directo a la cabeza, algo que no es tarea fácil.

Por último, la escopeta brinda las mismas cualidades que la pistola, solo que tienes más chance de volar más de una cabeza con un solo disparo. Y como en todo buen Survival Horror, las municiones de cualquiera de las dos armas escasean.

El gameplay deja mucho que desear. Se siente como si los desarrolladores se hubieran empeñado en lograr los escenarios más hermosos (cosa que sí lograron), pero descuidaron varios elementos importantes, como la movilidad de Randall, quien a veces no hace lo que quieres, algo que puedes ver en un glitch muy extraño que me costó la vida en más de una ocasión, el cual no te deja apuntar tu pistola. Simplemente se queda trabado, esperando a los zombies.

Otra bronca es la dificultad. El juego, en teoría, no debería tomarte más de tres horas terminarlo, pero habrá secciones en las que podrás pasarte mucho tiempo intentando averiguar cómo cruzar. Y no es que me queje de que el juego sea difícil, al contrario, se agradece que no traten a los jugadores como tontos, pero hay un gran contraste de dificultades (hay niveles que podrás pasar corriendo y brincando los obstáculos).

Hay también muchos secretos que sirven para explicar la historia y las razones por las que se dio la infección. Pero además de esto, en cada acto hay una consola portátil escondida. En total son tres handhelds que al conseguirlas, podrás jugar un minijuegos al estilo de los game & watch pero parodiando juegos actuales, como Guitar Hero o Luigi’s Mansion. Recomiendo ampliamente dedicarle tiempo a encontrarlas, además de que cada uno te dará un logro al romper los récords.

De vez en cuando te toparás con escenas de acción en las que tendrá que escapar. Estas están muy bien logradas, y tienen cinemas muy grandes. Sin embargo, el problema del control y la precisión es algo muy latente en Deadlight. Si no brincas en el momento adecuado, terminarás cayendo al vacío. Esto ocasiona que te retrases demasiado y frena la fluidez del juego.

Otro gran problema que tiene el juego es el nivel de las cloacas. Si llegan a jugarlo, recordarán por qué. Es el equivalente al Water Temple de Deadlight. En verdad es muy frustrante este escenario, por la simple razón de que está diseñado para que nadie entre, ni siquiera tú. En cada esquina encontrarás trampas que se activan sin que te des cuenta, por lo que todo el nivel se convierte en un reto de prueba y error, en el que tendrás que morir varias veces como requisito.

La música es muy buena, pero el tema del menú principal es simplemente impresionante. Encaja a la perfección con el tono oscuro y desalentador del juego. No me sorprendería ver una adaptación para Video Games Live o algún otro concierto en sinfónica.

Después de todo esto, quizá les sorprenda mi veredicto. A pesar de sus fallas y de todos los errorcitos que marqué, Deadlight me pareció un juego muy especial. O lo amas o lo odias, pero no te parecerá indiferente. En lo personal, lo amé. Posiblemente por que soy más una persona que se fija en los detalles, los escenarios, la música, etcétera. Si buscan jugar algo diferente en su Xbox, Deadlight es una buena opción, pero si son muy exigentes, mejor esperen una rebaja. De todas maneras, les recomiendo ampliamente el demo, sirve para darse una muy buena idea.

8.0