Amor y arcades: Éstas son las mejores anécdotas de Street Fighter

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La semana pasada se cumplieron 25 años desde que el primer Street Fighter fue lanzado. Para conmemorar tan magna ocasión, no sólo Artemio escribió algo al respecto, sino que les pedimos a ustedes que nos platicaran sus mejores anécdotas relacionadas con Street Fighter. Desde un soldado que jugaba con Guile hasta la mamá que regañó a un peleador por no llevar las tortillas, recopilamos lo mejor y aquí lo tienen.

Nota: Hubo más de 150 comentarios. Todos geniales e incluso hubo historias larguísimas e increíbles. Por desgracia, no hay espacio para poner todas sus anécdotas aquí; sin embargo, sí me gustaría invitarlos a que se metieran a la entrada original y le dieran una buena repasada. Vale mucho la pena y la nostalgia invadirá a más de uno.

1. Arrancamos con Gustavo Ivan Ulloa Mora, quién se llevó el puesto número

“Por allá en el 2000 (yo tenía 14 años de edad), me encontraba jugando Street Fighter II en la Central Camionera de Guadalajara (aka Central Vieja). Cuando llega un chavo de aproximadamente 21 años de edad y me reta con Guile. Me vence una y otra y otra vez y yo ni lo tocaba con el personaje que escogiera. Le comenté algo frustrado ‘¡eres bueno!’. Y me contesta: ‘Antes era más. Entré en el ejercito y duré allí tres años’. Desde entonces, no había jugado este juego y ‘orita’ que vi la ‘maquinita’ no me resistí a retarte. Estoy esperando mi camión para volver a ver a mi familia”.

“Me quedé con la boca abierta y se fue dejándome jugar el crédito actual después de haberme vencido varias veces XD.

Desde entonces, mi cometido es que nadie me pueda vencer de nuevo al retarme en SFII Champion Edition. ¡Sólo pocos lo han hecho jajajaja y sé que cualquiera puede ser Gamer de corazón y ser Fan de Street Fighter!”

2. Jorge Herrera olvidó las tortillas y le salió muy caro…

“Tantos recuerdos con Street Fighter II. Me acuerdo que a la vuelta de mi casa estaba la maquinita y siempre había gente haciendo fila para poder jugar. Como siempre, sólo había fila de un solo lado, porque estaba el hijo de… que sacaba a todos los de la vecindad porque todos los días practicaba y era millonario (seguramente). En cuanto alguien le ganaba, sacaba de su cangurera un montón de fichas que ya tenía compradas. Me acuerdo perfectamente porque le gané a ese chavo con Ryu a su Chun-Li. Estaba muy cañón ganarle porque yo sólo tenía cinco fichas de lo de las tortillas (¡perdón mamá!) y en el tercer round le di con todo para ya quitarlo de la maquinita, pues ya llevaba como cuatro horas y nadie lo sacaba. Cuando le gané con un shoryuken —me costaba mucho trabajo poder hacer ese movimiento—, fue de esas que uno no se cree. Todo mundo gritando porque le acababa de ganar y yo también saltando… hasta que vino mi madre porque no le había llevado las tortillas y me arrastró a las casa, pero ese momento nunca se me va a olvidar. ¡Feliz 25 aniversario Street Fighter! Y a todos ustedes un saludo =)”.

3. Pepe Arevalo nos platica su tórrida historia de amor y arcades

“Pues estaba yo morro. Tenía unos 14 años masomenos. Iba a jugar SFII Turbo a una farmacia a unas cuadras de mi casa, cuando las máquinas todavía eran de 50 centavos. Me tomó un par de semanas desde la primera vez que lo jugué para saber que mi peleador predilecto era Ken. Siempre iba a jugar a eso de las seis de la tarde y la demás banda ya estaba echando la reta y aprovechaba cuando no habia nadie para ‘entrenar’. Corrió el rumor de que una chica guapa le pateaba el trasero durísimo a varia banda que la retaba. Nunca me tocó verla durante el tiempo que iba a la farmacia a jugar, pero las hazañas de esa morrita se volvieron leyenda urbana de la colonia. ‘Yo ya la vi trabar a Bison. Se rifa. Juega con Chun-Li y está chida’. ‘Te mata y pocos le pueden bajar sangre’, decían unos. Llegaron las vacaciones y ya iba más seguido a la farmacia y a distintas horas. Entonces, me tocó verla un sábado por ahí del medio día y, en efecto, era el Boss jugando con Chun-Li. Además estaba bonita. La reté y, obvio, me dió la madriza de mi vida. No le pude bajar ni una rayita de ‘sangre’ las tres veces que la reté. Después vi que pocos eran los que sí le sacaban un buen tiro. La vi casi diario esas vacaciones en la farmacia y nos hicimos amigos. Muy buen pedo la morrita. Se llama Vanessa y el último fin de esas vacaciones que le caímos a jugar SFII Turbo —ya estando en la farmacia— mejor nos lanzamos por un helado. Platicamos un rato y nos besamos. Después de ese día no la volví a ver. La busqué un ratote y nunca la localicé. Con razón, pues no vivia en mi colonia, sino que iba a visitar a su abuela. Ahora que me encuentro a esta banda, la mayoría me preguntan por esta morra. Aunque parezca choro, dejó su legado. Era orgásmico verla jugar. Ojalá andes chido, Vanessa aka ‘Chun-Li la que traba a Bison'”.

4. El niño Dhalsim. ¿Necesito decir más? Buena historia de gio000

“Acá el juego de SFII se encontraba en el porche de un señor que lo había acondicionado con otras tres máquinas. Y pues no faltaba el chavito presumido que era el ‘experto’ en el juego y que se aventaba sus grandez ‘hazañas’.

“Y siempre elegía a Dhalsim. Era tan molesto el sujeto: a veces parloteaba MIENTRAS JUGABAS >_< . Total, un amigo estaba a punto de acabar (ya había llegado al escenario de Bison), cuando el mocoso empieza a hablar: ‘¡¡En serio!! Yo con Dhalsim bla bla bla y hago el movimiento…’ Y pues en eso que lanza el brazo hacia atrás y que le que le pega al ‘Don’. El señor llevaba una caja de donde había vaciado las fichas de las otras máquinas y que se la tira con el golpe.

“Todo un regadero de fichas, pero hasta eso, en lugar de irnos todos de montoneros, nos ofrecimos a ayudar al dueño (era ya un señor grande que era buena onda con todos). Pero lo primero que nos dijo fue: ‘no, no lo hagan, el que me va a ayudar es ‘fulano’ (el niño-Dhalsim)’.

Hasta a mi amigo (que había perdido por la distracción de oír la caja caer) le valió, porque se llevó una buena carcajeada como todos y ya pudo jugar más tranquilo, ya que el ‘experto’ no volvió al lugar por la vergüenza”.

5. Luis Hernández compartió su historia  que refleja muchas cosas especiales de las arcades que se han perdido con el tiempo

“Yo recuerdo que, por ahí del 89 o 90, había una maquinita de SF en la pape donde compraba las cosas para hacer mi tarea. En ese entonces, iba entrando a la primaria. Mi pasión por el juego era mucha, pero nunca le gane a dos de los personajes del CPU.

“Un año mas tarde, conocí a mi vale ‘el Isaac’ y a su vale ‘el Aluche’. Esos dos méndigos eran unas reverendas reatas con Guile. Hacían cosas como ‘la estatua’, ‘el látigo’ y apagar la máquina con un movimiento, al más puro estilo ardilla, cuando iban perdiendo. Yo era su fan y discípulo #1.

“Un día, estando en la tlapa de ‘Don Willy’ jugando con el Isaac, llegan dos tipos muy salsas y mucho más grandes a retar con Ken y Ryu. Eran los típicos trabadores, pero nunca lograron sacar a mis vales y, cuando por fin iban ganando, mi vale les apagó la máquina (no piensen que desconectarla o algo así, sino con un truco de palanca y botones). Esos cuates se emperraron a tal grado que nos corretearon por toda la cuadra ajajajajaja. Nunca nos alcanzaron.

Ahora mi vale vive en EU, pero cuando viene hay una maquinita en la tienda de esas multijuegos y nos aventamos un tiro, los dos con guile. Ya hasta le gano y él me gana. Pero ahora son otros tiempos…”