Movie Review – La La Land

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Para los tontos soñadores

Al igual que toda forma artística, el cine es una espacio perfecto para expresar toda clase de sentimientos e ideas muchas veces abstractas que requieren de ciertos elementos muy puntuales para relucir justo como su autor lo quiere. Cosas como dar un salto de fe en busca de un sueño o dejar de lado la opinión negativa de terceros sobre algo que de verdad amamos, son sólo algunos de los temas que se tratan en La La Land, musical dirigido por Damien Chazelle quien también nos entregó a la espectacular Whiplash, que desborda pasión en cada una de sus escenas y que por supuesto, está dirigida para todos aquellos que han sido acusados de ser unos locos sin razón que persiguen ideales que se antojan imposibles desde casi cualquier punto de vista.

La La Land es una verdadera locura en casi todos sus apartados, pues cuentan con matices sumamente interesantes a nivel de guión y desarrollo de personajes, mientras que su cinematografía, es una de las más impresionantes de los últimos años, esto claro, sin mencionar el grandísimo trabajo que sus protagonizan hacen en la parte de actuación gracias a una dirección impecable. A pesar de que suene de los más trillado del mundo, estamos frente a una cinta que te hace reír, llorar, emocionarte hasta los huesos y por supuesto, poner en perspectiva tu vida y cuáles han sido sus prioridades hasta ahora, todo enmarcado por una conmovedora historia de amor que se aleja de los clichés clásicos del género como pocas lo han conseguido en el pasado.

Amor y mucha música

Creo que antes que nada es importante aclarar que a pesar de que en efecto, La La Land es un musical hecho y derecho, la realidad es que en ningún momento abusa de cómo es que aplica la música para acentuar los eventos que se nos están contando. Lo que quiero decir es que a pesar de que la parte musical es esencial para toda la experiencia que representa esta película, la mayor parte de sus escenas se desarrollan de una manera tradicional, es decir, sin que los personajes estén bailando o cantando.

Dicho esto, te puedo decir que el guión de La La Land es uno de los más elegantes y mejor llevados de los últimos años, pues logra desarrollar a sus dos personajes principales de una manera sumamente especial y simple. Lo más interesante es que la película arranca contándonos dos historias que se van construyendo de manera paralela y a la vez, de formas diferentes, esto hasta alcanzar un punto en el que las dos se entrelazan para volverse una misma y a partir de ahí, despegar hacia nuevos y muy interesantes horizontes en términos narrativos.

La La Land nos cuenta la historia de Mia, una actriz frustrada que simplemente no encuentra el camino para hacerse de un nombre en Hollywood o al menos conseguir trabajo dentro de la industria, y de Sebastian, un pianista que igualmente vive en Los Angeles que se encuentra en una especie de depresión, pues el Jazz, su más grande pasión, está muriendo poco a poco sin que nadie haga algo al respecto. Por su misma situación y por supuesto por voluntad del destino, estos dos soñadores se encuentran en cierto punto y caen perdidamente enamorados.

Puede que a partir del momento en el que los dos protagonistas se unen, La La Land parezca tomar un rumbo bastante predecible con todo y lo geniales que son cada una de las situaciones que los personajes viven gracias a sus muy marcadas personalidades, no obstante, la forma la que se nos presenta el tercer acto y en general todo el desenlace de la cinta es simplemente espectacular, pues además de que la historia da un giro sumamente inesperado, se toma un rumbo bastante más complicado e ingenioso del que muchos nos estábamos imaginando cundo nos encontrábamos disfrutando de esta aventura.

Como te decía, La La Land hace uso de actos musicales para resaltar alguna de las situaciones que está poniendo en pantalla, pero la realidad es que cada una de ellas se siente adecuada y en ningún momento forzada, incluso diría que quienes no gusten del género, podrán apreciar estas escenas que de sólo recordarlas, me hacen querer salir en este momento corriendo al cine para verlas de nueva cuenta.

La La Land es una película con un guión excelentemente bien escrito y muy sincero, esto sin dejar lado sus ambiciones. Tal vez la idea de ir al cine a ver otra historia de amor llena de cursilerías te parezca la peor idea del mundo, pero te aseguro que estamos frente a una obra que además de no ser melosa ni empalagosa, logra transmitir justamente lo que son sus dos protagonistas: pasión por todo lo que pasa a su alrededor, esto claro, con las implicaciones negativas que se tienen al vivir de manera tan intensa. Y tiene jazz, mucho jazz, esto sin mencionar que cada una de las piezas compuestas por Justin Hurwitz son memorables y ni qué decir del tema interpretado por John Legend. El jazz nunca falla en el cine.

Actuaciones entrañables

Como seguramente ya sabes, La La Land está protagonizada por Emma Stone y Ryan Gosling, dos de los actores que más auge están teniendo actualmente en Hollywood y que normalmente con cada uno de sus trabajos, nos demuestran que pueden dar más y más. Sin lugar a dudas, un musical de esta escala y complejidad sería un gran reto para sus carreras como artistas y para fortuna de todos nosotros, nos vuelven a dejar claro que estamos lejos de conocer sus verdaderos límites de interpretación.

Me parece que lo más adecuado es hablar del gigantesco trabajo de Emma Stone dándole vida a Mia. Como te comentaba, este personaje trata de una apasionada actriz y escritora que se mudó a Los Angeles en busca de poder hacer su sueño realidad. Al igual que con la mayoría que intenta algo así, la frustración se apodera de ella, llevándola por diferentes momentos muy intensos de su vida. La ganadora del Golden Globe justamente por La La Land, no sólo demuestra la habilidad que tiene para convertirse en diferentes personas, pues en algunas escenas tiene que actuar que actúa por el papel que está interpretando, sino que nos enseña que es una elegante bailarina y una cantante bastante decente.

La verdad es que cuando me enteré que Ryan Gosling había aceptado formar parte de algo como La La Land en un papel protagónico, no pude evitar sentir algo de preocupación, pues a pesar de ser gran admirador de las capacidades como actor de a quien también veremos en Blade Runner 2048 este año, la idea de verlo bailando y cantando no me cuadró del todo. A pesar de que en efecto, la cantada no es lo de este sensacional actor, sin ser malo, la verdad es que como bailarín se defiende y pues en las partes de pura actuación, una vez más demuestra que está para grabar con letras de oro su nombre en la historia del cine.

Mi gran “pero” no solo con el tema de personajes y cómo es que estos se desarrollan dentro de la cinta, sino en general de La La Land, es que si bien cuenta con dos personalidades entrañables de los que te enamoras en poco tiempo, nunca supo cómo incluir a un personaje secundario de peso que de verdad importara a cómo es que se desarrollan los hechos. Claro que es un gusto ver el rostro de J.K. Simons, pero su participación es extremadamente limitada. Puede que se argumente que en realidad, los protagonistas están tan bien logrados que no requirieron de soporte, sin embargo, creo que fue una buena oportunidad que se desaprovechó.

Dejando de lado lo anterior, la realidad es que La La Land cuenta con actuaciones que sobresalen como pocas veces nos toca ver en el cine, esto claro, gracias a que además de que cuenta con actores extremadamente talentosos, luce un espectacular guión que los llena de matices y que los va desarrollando en ritmo perfecto para que nosotros como espectadores, vayamos sintiendo los cambios que éstos tienen a lo largo del viaje.

City of stars…

El cine tiene la peculiaridad de poder contar historias sin la necesidad de usar tantas palabras, pues puede echar mano de imágenes que como dice el dicho, muchas veces dicen más que todos los textos del mundo juntos. Después de Whiplash, nos quedó claro que Damien Chazelle es un director que valora justamente esto y para La La Land, unió fuerzas con el fotógrafo Linus Sandgren (Joy, American Hustle), quien entregó un trabajo sumamente destacado que seguramente dará bastante de qué hablar.

Lo primero que vale la pena resaltar sobre la cinematografía de La La Land es que constantemente nos presentan escenas bastante amplias en las que no se dice una sola palabra, sin embargo, todo lo que ocurre en ellas es justamente para seguir con el hilo de la historia de la película. También tenemos momentos mucho más contemplativos y hasta íntimos, mismos que creo, sirven para entablar una relación más fuerte con los personajes. La fotografía de un largometraje no sólo debe ser para hacerla lucir bien, sino para apoyar a la narrativa que se está intentando desarrollar ante nosotros.

Además de lo anterior, La La Land utiliza recursos cinematográficos sumamente bellos y muy bien logrados. Uno de los que más disfruté y que por fortuna es bastante constante, son los cambios de iluminación en tiempo real para resaltar ciertos elementos. Hay partes en la que un personaje está narrando alguna situación y poco a poco, todo lo que está a su alrededor se oscurece hasta dejar al sujeto en cuestión contrastando perfectamente gracias a la luz que se le pone encima. Es brillante la manera en la que se utilizó todo esto para darle profundidad a la atmósfera en general de la cinta.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, también tenemos una dirección artística espectacular. La elección de cada uno de los colores que vemos en pantalla es perfecta, y sirve justamente para resaltar ese sentimiento optimista y de sueños que La La Land refleja desde que arranca. La forma en la que se retrató a una Los Angeles actual es impresionante, pues muchas veces hace que esta ciudad luzca más bella de lo que es en la realidad.

La La Land es un autentico dulce para la vista, asunto que la convierten en algo que vale solamente la pena por los logros en los apartados que acabo de describir.

¿Posibilidades en el Oscar?

Justo como pasa todos los años, durante enero y febrero, la cartelera de una región como la nuestra se pone verdaderamente interesante, esto gracias a que las distribuidoras de películas se animan a traer filmes de altísima calidad gracias a que éstos comienzan a recibir reconocimientos muy prestigiados de todos los frentes. Luego de haber sido la estrella de la última entrega de los Golden Globes, La La Land sin lugar a dudas, se perfila para ser una de las grandes en los próximos premios Oscar.

Al menos en la parte de actuaciones, Ryan Gosling y Emma Stone seguro figurarán en las lista de nominados, incluso con fuertes posibilidades para llevarse una de las estatuillas doradas. Mismo caso del apartado de dirección, en donde Damien Chazelle cuenta con una gran oportunidad de levantar el primero de estos galardones en su carrera.

Seguramente también veremos a La La Land contendiendo en la parte de guión, mientras que en la de fotografía, creo que es una de las grandes favoritas. Como consecuencia de lo anterior, me sorprendería no verla en un lugar de honor siendo nominada a Mejor Película y ni qué decir de la parte musical, en donde seguramente estará recibiendo algún premio.

Al final, ganar en algo como los Oscar puede ser bastante efímero para la mayoría, sin embargo, estar presente en un evento tan visto en todo el mundo, sirve para que quien pone el dinero para estas producciones, se anime a seguirlo haciendo y así, nosotros podemos volver a disfrutar de cine de tan alta calidad.

Por esta razón vamos al cine

La forma en la que cada uno de nosotros vemos al entretenimiento depende completamente de cómo es que nos comportamos como personas, esto sin ser malo o bueno necesariamente. Para muchos de nosotros, el cine es más que mero entretenimiento casual, pues creo, es una gran oportunidad de sumergirnos en mundos que no podríamos conocer de otra manera y por supuesto, experimentar sentimientos tan básicos como la alegría o la tristeza a través de los ojos de alguien más. La La Land es justamente eso, una película que celebra al séptimo arte como pocas lo consiguen, es la razón por la que algunos pagamos una entrada para olvidarnos un rato de la realidad y así, entrar a un mundo lleno de color.

Creo firmemente en que sin importar cuál sea tu perfil o visión del cine, La La Land es algo a lo que le debes de dar la oportunidad, pues sin lugar a dudas, la podemos catalogar dentro del canon o estándares que se usan para definir lo que es buen cine y lo que no lo es. La verdad es que por más que le he dado vueltas al asunto, no veo cómo es que alguien no pueda apreciar una obra tan bien lograda como la que tenemos enfrente, pues se nos cumple en absolutamente todos los apartados e incluso intenta revolucionar en algunos de ellos, asunto que evidentemente, es mucho más evidente para quienes aman soñar al punto de dar un salto de fe al vacío con tal de estar más cerca de sus pasiones en el día a día.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!