Movie Review – La Bella y la Bestia

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La década de los noventa fue sin duda muy importante para Disney cuya animación logró cautivar a toda una generación con una etapa a la que se le conoce como el Renacimiento de Walt Disney Animation Studios en la que un gran semillero de talentos entre directores, animadores y músicos le dieron forma a mucho que actualmente le da fuerte identidad a la empresa. Quizá la obra más notable de la época que en su tiempo estuvo nominada a Mejor Película en los premios de la Academia fue La Bella y la Bestia que es muy posible que se encuentre muy alto en el top de cualquier fan de Disney, de ahí que reimaginar el reciente clásico tuviera sus fuertes riesgos.

Esos riesgos vienen desde la elección del elenco hasta la manera en que los coloridos muebles vivientes se animarían en esta adaptación live-action y sobre todo qué tantos cambios se hicieran a la historia original de Linda Woolverton que le dio a la “fábula ancestral” ese toque específico de Disney que amaron los fans en su momento.

Desde Alicia en el País de las Maravillas (Tim Burton, 2010), Disney se convenció que había un fuerte potencial económico en recontar sus historias a través de adaptaciones live-action, y a lo largo de los años hemos visto como algunas de esas historias se mantienen muy fieles a las obras originales (Cenicienta, 2015), algunas se van radicalmente a contar una historia completamente nueva (Maléfica, 2014) y otras se mantienen en un terreno neutro tratando de respetar lo que quizá busque el fan de Disney clásico que creció con las cintas animadas añadiendo un par de elementos nuevos o una aproximación distinta como el caso de El Libro de la Selva (2016) que el año pasado recibió buenas críticas en general y hasta se llevó su Oscar por efectos visuales sin necesidad de ser un musical.

¿Dónde queda La Bella y Bestia entre esas distintas tendencias? Me parece que en un terreno neutro con toques que se inclinan más hacia respetar lo que los fans amaron del clásico animado no sin agregar un par de nuevas líneas argumentales que modifican ligeramente la historia de origen de los personajes que bien conocemos.

La mejor decisión a mi parecer para esta nueva versión de La Bella y la Bestia fue mantenerla como un musical, algo que no estuvo dicho desde el principio en su producción pero que al final, en gran medida, es lo que logra mantener ese encanto que ha dado “magia” a las versiones animada y de Broadway del clásico de Disney. Es bueno saber que el genio musical Alan Menken esta de vuelta, pieza vital de los aclamados temas que hicieron a Disney ganar de forma consecutiva la categoría de mejor Música Original y que logró galardonar varios temas originales en los noventa; Menken estuvo completamente involucrado en esta nueva versión que pretende conquistar a nuevas generaciones con su propuesta y que también del lado musical llega con unos cuantos temas para darle frescura a esta nueva Bella y Bestia. También sus respectivos méritos los tiene Bill Condon (Dreamgirls, Chicago) quien en un movimiento acertado quedó como director al pensar que los números musicales debían ser muy vistosos y un hilo conductor inherente a la historia que conocemos, algo que al final le dio muy buena cohesión a la película.

Cambios que dan frescura pero mantienen la emotividad del clásico

La historia que nos presenta la nueva versión de La Bella y la Bestia es en esencia la misma que seguro han memorizado los fans de la película animada. El príncipe (Dan Stevens) que recibe una maldición y se queda convertido en Bestia, al lado de su castillo que se cubre de obscuridad y toda su corte que se convierten en muebles parlanchines (Ewan McGregor, Ian McKellen, Emma Thompson, entre otros); del otro lado Bella (Emma Watson) que no encaja con la tranquilidad de su pueblo buscando ir más allá de esa vida tranquila, amando los libros y buscando salirse de los estereotipos de la mujer de la época. El destino reúne a nuestros dos personajes que aprenden uno del otro y dan lugar a un romance de esa “fábula ancestral” que casi todos conocen.

La estructura del guión original de Woolverton es en gran medida respetado, y para que entiendan qué tanto han cambiado las cosas haré una pequeña analogía. Imaginen dos listones muy similares pero de distintos colores con nudos en los mismos lugares: así serían la versión original y este nuevo live-action de la Bella y la Bestia si los ponemos lado a lado. Los nudos son los números musicales que se mantienen prácticamente intactos y con enormes cantidades de fan-service para los amantes del clásico animado, en el caso de la nueva cinta agreguemos las nuevas canciones de Alan Menken que no rompen con la estructura que todos conocemos. Los diferentes matices en los colores de los “listones” serían cambios que le dan un toque de variedad a las cosas como las conocimos en la película original y que son lo suficiente para que el que busca algo nuevo en esta nueva versión lo encuentre, pero que quien quiera algo fiel a lo que conoce esté tranquilo. El “listón” de la versión live-action además de tener los elementos de la película original en la misma distribución incluye “adornos” que no lleva el otro “listón” y que serían explorar un poco en las vidas de Bella y Bestia para dar un poco más de contexto a los matices y ligeros cambios de personalidad con los que nos topamos, pero no son tan vistosos o exagerados como para opacar que su objetivo son más bien servir a una historia que en 1991 funcionó de maravilla y que termina regresando a esos nudos que son sus fantásticos números musicales.

En general, los cambios que incluye la nueva Bella y Bestia buscan darle más coherencia a los momentos en los que te podrías preguntar el “por qué” de varios de los nudos argumentales del clásico, en ocasiones lo resuelve bien pero a veces explora temas a medias o deja algunos huecos que empeoran un poco las cosas, pero vuelvo a lo que comentaba, me gusta como al final regresan al mismo nudo que son los números musicales y la estructura general de la historia que busca ser fiel al clásico también en sus puntos más sustanciales.

Las nuevas canciones quizá no suenan tan épicas como aquel perfecto soundtrack de Alan Menken y el fallecido Howard Ashman que siguen moviendo todas nuestras emociones incluso en esta nueva versión con vistosos y exuberantes números musicales en los que entendemos que Bill Condon haya sido la elección perfecta para dirigir la cinta. Una de las nuevas canciones que lleva por nombre Evermore me recordó por sus notas, letra y contexto a El Jorobado de Notre Dame (1996) y me parece que entre todas la nuevas adiciones es la que tiene más potencial de convertirse en un clásico moderno.

Como fan del clásico animado puedo decirles que me agradó mucho que en algunas líneas del guión se respetaron frases exactamente como las recordamos, escenas que nunca olvidaremos con su respectivo tributo en esta cinta. Respecto a los cambios puedo decir en resumen que pueden esperar de todo, varios de ellos se sienten adecuados, otros innecesarios, irrelevantes y hasta un poco forzados pero al menos suficientes como para ver el “listón” de otro color como un nuevo vistazo fresco a una historia que a muchos nos marcó y que en un sentido positivo busca generar también su propia identidad.

Elenco y estilo

Quizá muchos lo primero que se preguntarán fue, ¿qué tal hizo Emma Watson el papel de Bella? Y cómo no hacerlo al ser un verdadero ícono que se quedó en la mente de la misma generación que creció con la fábula ancestral al lado de la saga de Harry Potter. Puedo decirles, estén tranquilos, me parece que el papel tampoco fue tan exigente como para ver a una Emma Watson muy distinta o arriesgada respecto a lo que le hemos conocido, pero me parece que su desempeño fue bueno al representar a una de las princesas Disney con personalidad más interesante, mostrándose sencilla, adorable, y dispuesta a darle pequeños nuevos matices que se agregan a la Bella que todos conocimos.

Del lado del resto del elenco, hay buenos aciertos también, aunque Dan Stevens queda casi siempre oculto ante el CGI que da vida a una Bestia mucho más humana que la del clásico animado se desempeña de manera correcta. Las voces de Ewan McGregor como Lumiere, Ian McEllen como Din Don y la genial Emma Thompson como Ms. Potts destacan entre los muebles del castillo que curiosamente tienen mucho más vida y gracia de lo que hubiéramos esperado la primera vez que se revelaron los diseños que no a todos agradaron.

No podemos olvidar a Gastón (Luke Evans) y LeFou (Josh Gad) personajes en los que vemos cambios significativos pero siguen manteniendo ese tono cómico con sus marcadas personalidades muy bien interpretadas por los actores elegidos para darles vida.

Para nada los nuevos personajes del castillo igualarán lo que logró la película original de hace veinticinco años, pero hacen un poco más de sentido cuando piensas en el estilo del siglo XVIII (1740 para ser exactos) que toma toda la cinta y con el paso de los minutos te vas acostumbrando a que detrás de su extraña apariencia está ese toque colorido muy característico de Disney que alegrará a chicos y grandes en la sala de cine.

Los efectos visuales son buenos y dignos del enorme presupuesto de una cinta que no podía fallar para Disney, aunque podemos decir que llegan a ser un poco más modestos que en otros filmes live-action de Disney contemporáneos por la naturaleza misma de la cinta. Y elementos completamente animados como la nueva Bestia personificada por Dan Stevens se sienten naturales y bien logrados.

Comentarios finales

Al final del día, la versión live-action de La Bella y la Bestia sí es una cinta que encontrará en la nostalgia de toda una generación sus ganancias que pueden predecirse como muy fuertes al ver el enorme interés que ha generado perfilándose para ser una de las cintas más fuertes este año para Disney; algunos la podrán ver como una reimaginación innecesaria del clásico, pero al menos puedo comentarles que una vez que disfruté de la película final se disiparon por completo mis temores respecto a que se alterara de una forma dañina una obra que para muchos es pieza importante de nuestra infancia.

Lejos está de superar al clásico original, sus aportes no la harán pasar a las páginas doradas de la historia como la obra en que se inspira, pero me parece que de forma acertada nos ofrece un producto que tiene suficientes diferencias para echar un vistazo a la historia que conocemos desde una perspectiva diferente, con números musicales fuertes que nos siguen haciendo vibrar de emoción, una muy acertada elección de su director y su elenco que llegan incluso a sorprender en sus papeles y que al final del día nos hacen pasar un buen rato frente al cine.

Como un comentario personal puedo agregar que no soy partidario de estos remakes live-action de cintas animadas de Disney, pero sin dudarlo, entre todas las que hemos visto quizá La Bella y la Bestia es la más memorable y puedo recomendarla.

Si los musicales o esta “magia de Disney” no es lo tuyo, esta película no te hará cambiar de opinión pues apela mucho al valor que le hemos dado al clásico de 1991 quedándose en un buen equilibrio que nos recuerda por qué aquellas escenas y canciones nunca se borraron de nuestras mentes presentándonoslas en un formato que en términos generales es correcto y agradable, mejor de lo que hubiéramos esperado.

 

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg