Los editores: Mario Kart en el periférico

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Atomix Los Editores Mario Kart en Periférico Aureliano Carvajal

El coche en medio de otros coches. Son las seis y media de la tarde. Nadie se mueve, por supuesto. Adentro suena una canción cualquiera, afuera claxons. La peor hora para salir de la oficina. Con las manos en el celular, el copiloto avecina la tragedia mientras alcanza a ver lo último de sus redes sociales: olvidó cargarlo y no puede quedarse sin batería. Lo apaga. Ahora sólo suena esa canción cualquiera y el mismo tráfico.

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Silencio incómodo.

―Güey, ¿no lo has pensado?

―¿Qué?

Lo fácil que sería salirse del tráfico si todo fuera como en Mario Kart.

El piloto lo mira dándole entrada. Incluso él, así como lo ven, trajeado y todo, ha jugado Mario Kart.

―No, neta, piénsalo. Algo así como usar una estrella para quitarte a todos los de enfrente. ¿Te imaginas cuánto nos ahorraríamos?

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―Hmm…

―Bueno, sí.

―¿Qué? ¿No lo habías imaginado? Yo he platicado de esto con mucha gente. ¿No le hubieras dejado un plátano al que estaba pegado a su claxon allá atrás?

El vehículo apenas avanza la mínima distancia.

―O ya de plano hacerse bala, dude. Así, ahorita. Sacando coches volando, aquí y allá. ¿Y si se caen en una zanja? Pues, Lakitu.

―Jajaja. Bueno, yo me guardaría siempre unos caparazones rojos.

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―Sí. Ándale, ándale. Y si un cabrón se te cierra, ¡toma! ¡Caparazonazo!

―Uff, sí… ―agitando la palma de la mano arriba y abajo―. Eso y tener tres caparazones girando alrededor, para los intrépidos que se te pegan mucho. Pero, ¿y si otro nos avienta un caparazón?

―Oh, vamos, ¿cuándo has visto un accidente en Mario Kart? Así, accidente, accidente feo, pues no hay. Fíjate: el otro día iba por Insurgentes, ahí por Nuevo León. Retrasado y el tráfico parado. Y encima, los semáforos. Y pensé “ya, güey: caparazón azul a todos los que van por Caminero. Sí, nomás por ir hasta adelante.”

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El piloto suelta la risa. Ahora son dos los que ríen. Se imaginan explosiones azules en las salidas a Querétaro, Puebla, Cuernavaca…

―¡Qué gandalla! Pero va. Chécate ésta: quitarle los barandales al segundo piso. Y a ver de a cómo. Echar un Blooper allá arriba.

―Jajaja. Güey, no manches. ¿Ubicas lo bien que se siente estrellarte contra alguien nomás para tirarlo del camino? ¡Así echarle un laminazo a uno de esos Atos o Smart, como cuando le pegas a Toad, sólo por el gusto de pegarle a Toad!

El piloto sonríe, mueve la cabeza afirmativamente con cara cómplice. Pegarle a Toad. Cómo no. Y pregunta:

―¿Recuerdas el rayo? Ése que los hace chiquitos, ¿cómo lo usaríamos?

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―Sí, ya sé cual. Uy ―viene una brillante idea―, ése me lo guardo cuando salgan los niños de clase. Imagínate: haces chiquitas a todas las Toyota Sienna de un jalón.

A vuelta de rueda, la plática sigue. Imaginan cómo usar al Chomp-Chomp, cómo hacerse fantasma para ir por el carril del Metrobús y dejando un premio falso atrás, por si alguien quiere copiar la movida; lo útiles que serían los hongos para pasar un semáforo en amarillo (o rojo) y hasta, si por alguna razón no tuvieran gasolina, usar un hongo dorado.

El tráfico desaparece. Si todo fuera como en Mario Kart, difícilmente habría tráfico. De hecho, ir a cualquier lado sería lo más divertido posible.

―Ya no sé, hermano. ¿Ganaríamos algo por llegar primero a nuestro destino?

―Pst… ¿Qué no el chiste del Mario Kart no es llegar primero, sino hacer que los otros no lo hagan?

Adelante avanzan apenas. Furibundo claxon atrás.

―Otra vez ese cabrón. ¡Ni que voláramos, güey!

―Échale un caparazón verde por pinche payaso ―pausa. El copiloto sabe que viene un juego nuevo. Obviamente no tiene un Wii U, pero sabe y revela―. ¿Ya sabes que en el nuevo Mario Kart vas a poder correr boca abajo y a los lados, así, por las paredes?

―Wow, ¿neta? Mira, qué chingón.

―Así podríamos llegar a casa por allá ―señala la parte del segundo piso que se ve desde abajo.

Ambos se quedan mirando, encorvados y hacia delante de los asientos, hacia las alturas. El tráfico va para largo y esa canción cualquiera ahora es otra.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg