Hikikomori: Aislamiento mundial con nombre japonés

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Una de las series más populares en la temporada de anime primavera 2017 fue, precisamente, coprotagonizada por una hikikomoriEromanga Sensei. En la serie, Sagiri vive en estado de aislamiento, en el cual ni siquiera le permite a su hermano Masamune verla cuando le lleva la comida a la puerta. Para todos los que lean manga o vean anime, sabrán a lo que nos referimos: aislamiento social o, mejor dicho, aislados socialmente, derivados de la palabra komorikiri que se traduce como “quedarse en casa”, pues se aplica a las personas que viven usualmente sin trabajar, ni asistir a una escuela, pero siempre enclaustrados.

Aunque en occidente el aislamiento social no es un tema desconocido y de hecho se ha estudiado de manera formal (ya sea por enfermedades mentales u otros factores) fue Japón el primer país en crear una denominación que, más allá de considerarse un “nini” en México, por ejemplo, tiene repercusiones graves en sociedades de todo el mundo.

ME QUIERO QUEDAR EN CASA

En Japón, se sabe que los primeros estudios y documentos sobre el hikikomori datan de finales de los años 80, a pesar de que el concepto se comenzó a escuchar en este lado del mundo a finales de la década 2000. Una de las figuras emblema de su análisis es el Dr. Tamaki Saito que, si bien solo unos pocos de sus trabajos han sido traducidos del japonés, afirma que se trata de un problema que para nada está “de moda” ni es exclusivo de su nación. Saito-san reúne los principales motivadores para convertirse en un hikikomori como los siguientes:

La rigidez de la sociedad japonesa. No es ninguna sorpresa que la sociedad nipona, tan moderna en unos aspectos y tradicionalista en su mayoría, segregue a todo aquel miembro que no se apegue a sus estándares. La escuela juega una parte fundamental en el desarrollo de los individuos en la sociedad y, si los estudiantes se convierten en toukoukyohi (desertores escolares) suelen quedarse sin las herramientas para continuar su vida ante la sociedad.

Japón es sumamente estricto en términos académicos (según la prueba PISA 2016, ocupan el 2do. lugar a nivel mundial en sistema educativo, tan solo por debajo de Corea del Sur) así que, incluso después de salir del aislamiento, la estructura social apenas y otorga una ventana de oportunidad para reintegrarse a la vida cotidiana.

Enfermedades y transtornos mentales. En muchas ocasiones y, como lo documenta Saito-san, ser un hikikomori no es más que una parte de un problema mayor y que podría ser causado por una inestabilidad química, la cual puede resultar en el aislamiento. Sin embargo, las fobias, la depresión y el rechazo han creado una malinterpretación del término, especialmente por la prensa occidental.

Acoso escolar. En niveles enfermizos, el acoso lleva a varios chicos y chicas a alejarse de la rutina; hostigamiento, problemas de interacción social en la escuela o simplemente no cumplir con los estándares educativos y fracasar (no ingresar a la institución de su elección, por ejemplo) les orillan a convertirse en hikikomori.

¿QUIÉNES SON LOS HIKIKOMORI?

El gobierno japonés ha dedicado una serie de esfuerzos para saber quiénes son las personas con mayor vulnerabilidad a convertirse en uno, y se ha encontrado con datos importantes. La edad promedio para todos ellos es entre 15 y 25 años, provienen de hogares de clase media-alta, el 75% de los individuos diagnosticados son hombres, con una tendencia muy marcada a ser los hijos mayores.

La estructura de las familias da paso a que los hijos puedan aislarse en casa, sin tener que trabajar o asistir a la escuela, pues las madres suelen ser amas de casa y encargarse de que los hijos realicen sus deberes. Así, los hijos desarrollan una dependencia de la madre que, en gran parte de los casos, fomenta esta actitud. Es importante no confundir a un hikikomori con un NEET, término de connotación negativa para lo que conocemos en México como “nini”; el hikikomori siempre llevará el aislamiento a un extremo en el que pase meses sin cuidados higiénicos, sin ser visto y en claustro. El reporte más reciente del departamento de fomento a la juventud de Japón revelaba que existen casos en que los afectados han pasado siete años en aislamiento, con un promedio de cuatro años de acuerdo a sus registros.

Japón, al tomar cartas en el asunto, creó una serie de divisiones especiales en los centros comunitarios de sus distritos más importantes, apoyando a varios hikikomori a reintegrarse laboralmente como consejeros y tutores de padres, quienes suelen estar en el anonimato debido a que lo consideran un tema vergonzoso y humillante.

CASOS EN EL ANIME Y MANGA

Hemos visto a varios personajes del anime y manga representados como un hikikomori, de manera positiva y negativa, pues algunas compañías se han tomado el tema muy en serio. Como lo mencionábamos en el inicio, Sagiri de las novelas ligeras Eromanga Sensei es el caso más reciente; de ahí encontramos otro caso extremo en el papel de Tatsuhiro Satou del animanga NHK ni Youkoso!, quien también padece ansiedad y problemas de confianza.

Si viste Sayonara, Zetsubou-Sensei recordarás que, en uno de sus episodios/capítulos, Nozomu decide investigar las ausencias de una de sus alumnas, Kiri Komori, que además sí hace una total y plena referencia al perfil hikikomori. Tampoco olvidamos a Shitaro de Mekaku City Actors, quien se convierte en uno tras el suicidio de su mejor amigo.

NO PROPAGUEMOS LOS ESTEREOTIPOS

El contexto del hikikomori es importante pues puede ayudar a diagnosticar adecuadamente a una persona que sufra de ansiedad, depresión o algún padecimiento químico. También estar informado ayudará a no perpetuar estereotipos que muestren a los videojuegos como causantes del aislamiento, cuando en realidad forman parte de las actividades que el individuo puede realizar tras tomar la decisión de desconectarse del mundo. Ser un hikikomori sí es una situación grave, pero el problema va más allá de quedarse en casa.