Por: Abraham Osuna
Alianza y Horda por un bien común
El mundo de Azeroth está siendo amenazado por las fuerzas demoníacas encabezadas por el titán caído Sargeras y su súbdito Gul’Dan, y es por ello que debemos levantarnos en armas, buscar artefactos de gran poder y unirnos para derrotar a este masivo ejercito de demonios que busca dominio y destrucción.
La nueva expansión comienza con nuestros héroes en nivel 100, los cuales son convocados a ayudar a nuestros respectivos líderes a detener las oleadas de demonios que están comenzando con su invasión desde las Broken Islands, lugar en el cual, se encuentra la tumba de Sargeras y desde donde Gul’Dan ha abierto un portal por el que la Legión ardiente entra a nuestro mundo.
Durante la batalla, tanto la Horda como la Alianza, le hacen frente a oleadas interminables de demonios, apoyándose entre sí y olvidando por completo su repudio para poder derrotar a éste nuevo enemigo. Sin embargo, las cosas durante esta incursión no salen nada bien, pues ambos partidos pierden una gran cantidad de héroes; no obstante, no hay tiempo para lamentarse y llorar por los caídos puesto que la ciudad de los Kirin’Tor, Dalaran está siendo asediada por los demonios y nos corresponde como héroes ayudar a repeler este ataque, mismo que nos conlleva a restablecer la gran ciudad más cerca del campo de batalla primordial, las Broken Islands.
El caos ha llegado
Nuestra aventura World of Warcraft: Legion comienza de manera caótica, llena de peligros, desesperación y el sentimiento sobrecogedor de estar perdiendo la guerra. Sin embargo (y dependiendo de tu clase y especialización), eres convocado y contactado por la orden respectiva a tu clase para comenzar la búsqueda de armas antiguas y de un inmenso poder, de tal manera que puedas equilibrar la balanza de este conflicto en contra de la fuerza más imparable del cosmos.
Durante los últimos 12 años, Blizzard nos ha cautivado con el universo de World of Warcraft, y en ésta ocasión, no nos deja de sorprender, modificando mecánicas del juego, las cuales hacen que esta nueva expansión se sienta fresca, nueva e irresistible. La manera en la que cada clase con su debida especialización se siente y juega, es única y diferente, puesto que los diseñadores se hicieron una pregunta simple ¿qué es un mago, paladín, guerrero, monje, etc?, de esa manera, comenzaron a reconstruir las clases, lo cual, hace que ahora éstas y las especializaciones se sientan únicas y diferentes entre sí.
Por otro lado, pudimos experimentar subir de nivel 100 a 110, lo cual desde un principio se sintió completamente diferente a las expansiones pasadas, ya que ahora eliges por cuál zona quieres comenzar, dándote la libertad como jugador y héroe de decidir la manera de experimentar la historia de cada uno de los lugares. Lo que lo hace aún más interesante es que las zonas escalan de nivel junto contigo, por lo que no importa por cual zona comiences, una vez que la hayas terminado y prosigas con otra zona, esa estará de acuerdo a tu nivel.
Las mecánicas de combate a pesar de haber sido simplificadas (en cuanto a la cantidad de habilidades y botones que tienes), se sienten fluidas y frescas, puesto que el equipo encargado de las mecánicas de combate trabajó en mejorar la forma en la que las habilidades interactúan entre sí, de igual manera, los visuales de cómo se ven los hechizos y los movimientos de los personajes al hacerlos, han sido pulidos hasta incluso sentir una habilidad con la que hemos estado familiarizados siempre, fresca y nueva.
Un montón de novedades
La nueva expansión nos da una enorme cantidad de contenido nuevo y diferente, por ello Blizzard pensó en la mejor manera de hacer que todos estos elementos no se sintieran tediosos de realizar, como lo ha sido siempre el farming de reputación, materiales o equipo. Ahora, Blizzard nos entrega un mundo abierto en todos los sentidos, en el cual, podemos decidir cómo queremos subir de nivel, qué objetivos queremos cumplir, en qué nos queremos enfocar primero y a la vez, nos incentiva a realizar tareas que antes considerábamos tediosas, abrumadoras y rutinarias con recompensas que ayudarán al desarrollo completo de tu personaje.
Dentro de las tantas cosas que podemos hacer en ésta expansión y que nos gratificarán de maneras diferentes y complementarias son: Calabozos, Redadas, PvP en campos de batalla, PvP de mundo, Arenas, Quests de mundo, misiones de emisario, jefes de mundo, cazar tesoros y jefes raros, sin olvidar todo lo que las profesiones traen de por medio. Puede parecer abrumador al principio la cantidad de cosas que uno puede hacer, pero una vez que se agarra el ritmo, se convierten en tareas divertidas e incentivadas por equipo, mejoras y recursos, entre otros.
Para aquellos que nos encantan las batallas entre alianza y horda en PvP, Blizzard ahora se ha enfocado en la habilidad de los jugadores para utilizar a su clase y especialización por encima del mismo equipo, aunque éste seguirá siendo importante hasta cierto punto, pues dependerá mucho más en la habilidad del jugador para realizar su respectiva tarea.
El trabajo en equipo para alcanzar la victoria en los campos de batalla se ve mucho más afectada ahora, por lo que vemos influencias de juegos como Heroes of the Storm y Overwatch en el nuevo sistema de PvP de Legión, por lo que para ganar, se necesita el empeño del equipo en proteger a sus elementos claves como los healers y carriers para de esta manera, completar los objetivos del campo de batalla y salir victoriosos.
Aún falta un mes para que la expansión de World of Warcraft salga al público, y pueden cambiar aún muchas cosas, sin embargo, estamos contentos con todas las modificaciones que Blizzard ha hecho para otorgarle a todos sus fans una experiencia nueva, fresca y extremadamente disfrutable.
