Los Editores – El segundo jugador

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Estamos iniciando febrero, mes que muchos llaman “del amor y la amistad” por la fecha en que recordamos a los amigos y las personas a quienes amamos. Los videojuegos son una experiencia que en ocasiones se disfruta mucho más en compañía, no importa si los que tienes a un lado son espectadores o participantes en la partida. En este sentido, la amistad es un valor muy importante que nos ayuda a disfrutar mucho más de los juegos que tanto nos apasionan.

Recuerdo que cuando era niño, disfrutaba con mis hermanos la experiencia de los videojuegos. Al tener un hermano mayor siempre me tocó ser Luigi, y el segundo jugador en muchos de los títulos, mi hermana menor se llevaba la peor parte, pues a ella muchas veces le tocaba un control desconectado para que en su inocencia se hiciera las ilusiones de que estaba jugando. Al final, con o sin controles conectados, la experiencia frente a la pantalla significaba un continuo disfrutar no sólo por el juego, sino también por estar con la mejor de las compañías.

El fin de semana tuve una experiencia muy grata e inesperada que ilustra de excelente manera lo mucho que se disfruta jugar con alguien. Tuve la oportunidad de visitar a mi madre, y casi lo primero que hice al llegar a casa fue visitar su pueblo de Animal Crossing, pues me insistía que quería que viera algunas cosas que había logrado últimamente y que me tenía algunos obsequios especiales. Al llegar en tren a su pueblo quedé completamente sorprendido al ver lo mucho que ha avanzado desde la ocasión en que les platiqué en uno de mis artículos su experiencia con Animal Crossing. Me encontré con una ciudad con carteles publicitarios y monumentos ostentosos, llena de señalamientos, ordenados jardines combinados con pavimento que, al lado de mi pueblo tercermundista, lucía como algo mucho más civilizado y estético.

Mi sorpresa no acabó ahí, pues se me ocurrió decirle a mi mamá que estaban regalando en la eShop un juego de Zelda (el de DSi Ware, Four Swords), serie que jamás ella había probado. Le dije que nada tenía que perder al descargarlo, y que lo mejor de todo era que podíamos jugarlo juntos para que yo le fuera explicando de lo que se trataba. Al igual que cuando puse en sus manos por primera vez Animal Crossing, dudé un poco que pudiera disfrutar de la experiencia, pues a ella eso de los juegos de acción o aventura y controlar un personaje en un entorno abierto y lleno de peligros no se le da muy bien.

Cuando comenzamos una partida, noté que sus movimientos eran fluidos y precisos, me di cuenta que las largas horas que ha pasado frente a Animal Crossing la han dado la habilidad de jugar casi cualquier cosa, me comentaba que no sabía muy bien lo que tenía que hacer pero que ella me seguía y ayudaba, y de esa manera se nos fueron muchos minutos de diversión que pasaron frente a nuestros ojos como un suspiro que disfrutamos entre risas, gritos, carcajadas y sana convivencia.

Al final tuve que dejarla en casa una vez más, me comentó que si podíamos jugar ese juego por internet cuando estábamos lejos, a lo que le respondí que desgraciadamente no. Por una parte es algo bueno, porque la experiencia definitivamente se complementa al estar juntos, hablarnos, mirarnos y disfrutar del estar juntos. Más que disfrutar experiencias multijugador a distancia, lo que más disfruto de ser el segundo, tercer o cuarto jugador en pantalla es estar conviviendo con los que más quiero; es una experiencia que afortunadamente nos dan los videojuegos y que nos ayudan a valorar el hecho de tener una persona al lado con quién convivir.

¿Qué momentos o videojuegos son los que más han disfrutado con su familia o amigos?

¡Bonita semana comunidad!

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg