¡Conoce al Editors’ Choice de marzo!

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Al final de cada mes, en Atomix reconocemos un videojuego como la selección de los editores. Deberá ser un título cuyo lanzamiento original haya sucedido durante el transcurso del mes y que sea, para nuestro staff, el más relevante de todos. Entre todas las distintas razones que nuestro equipo tomará en cuenta para esta selección están el diseño, excelencia, dirección de arte, funcionalidad, etc.

Y el Editors’ Choice de marzo es…

The Legend of Zelda: Breath of the Wild

La situación que se vive actualmente dentro de la industria de los videojuegos es bastante complicada por los fuertes cambios que se viven a diario de todo tipo. Al ser una empresa completamente dedicada a crear productos de este medio, Nintendo resiente especialmente todas las amenazas que la rodean, y a pesar de que se están haciendo grandes esfuerzos para superar estos obstáculos, nos queda claro que al menos por el momento, también se tiene muy en cuenta que la parte artística es piedra angular para que todo este asunto se pueda seguir sosteniendo, prueba de lo anterior fue el resultado final que se tuvo con The Legend of Zelda: Breath of the Wild.

La moda de los juegos de mundo abierto se comienza a salir de control para muchos de nosotros, pues la mayor parte de estos juegos que pertenecen a esta especie de subgénero, comienzan a caer en muletillas de diseño muy marcadas que cada vez arruinan más a las experiencias que tenemos de este tipo. Podríamos decir que en 1986, The Legend of Zelda inventó el concepto de ponernos en medio de un lugar que podríamos explorar a placer, lo cual, se fue perdiendo conforme la serie ha ido evolucionando. Desde que Breath of the Wild fue anunciado, Eiji Aonuma, Hidemaro Fujibayashi y Shigeru Miyamoto, mandaron el mensaje de que por medio del regreso a sus raíces, es que buscarían revolucionar a su más que amada serie.

En cuanto uno le pone las manos encima a The Legend of Zelda: Breath of the Wild y comienzas a explorar algo del titánico Hyrule que nos presenta, te puedes dar cuenta de que estás frente a lago verdaderamente especial que se creó con una enorme cantidad de pasión y dedicación. A pesar de que en efecto, estamos en un mundo de dimensiones gigantescas, éste está lleno de vida y sorpresas en cada uno de sus rincones. La mejor manera de describir a este título de manera simple, sería usando la palabra espontáneo, pues básicamente siempre te estás encontrando con toda clase de sorpresas de todo tipo, y justo ahí es en donde recae la verdadera magia de esta auténtica obra maestra.

Claro que tenemos una gran sofisticación en temas como el diseño de puzzles, sistema de combate y hasta en la parte narrativa, pero sin temor a equivocarnos, podemos decir que la verdadera estrella de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, es el mundo que podemos explorar a placer y que de alguna manera, tras decenas de horas de juego, no se cansa de sorprendernos con grandes momentos que se han quedado en nuestra memoria para siempre. Nos falta tiempo y palabras para hacerle más justicia a este juego que nos recuerda por qué es que este medio es tan único y que por supuesto, se convierte en un clásico instantáneo por sus grandísimos logros en todos sus apartados.