Para que las personas ya no se preocupen sobre si la realidad virtual es positiva (incluso para la salud) o negativa para sí, dejarán que esta importante decisión moral la tome otro ser, uno más emplumado. Hoy leí sobre aplicar la tecnología del Oculus Rift en una simulación de realidad virtual para gallinas, en serio. Parece que ya piensan en los derechos de los pollos, aves que antes de llegar al plato deberían explorar el mundo desde sus pequeñas jaulas (¿o no darse cuenta de que están en una?).
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