Review – Dynasty Warriors: Godseekers

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“El viaje de mil millas comienza con un pequeño paso” – Lao Tse

Cuando hablamos de la historia de la serie Dynasty Warriors lo hacemos desde dos vertientes: una es la historia de China con sus conflictos y la otra la de los videojuegos. La segunda sin duda es de la que nos toca hablar ya que desde hace varios años la franquicia ha estado presente en nuestras consolas. Siempre que pensamos en ella nos imaginamos que se trata de hacer carnicerías por donde pasamos y de derrotar a ejércitos completos con un solo hombre, como si fuese una verdadera leyenda.

Normalmente pensamos que podemos intuir qué vendrá después. Deducimos que la serie seguirá su camino acostumbrado y que nos dará la oportunidad y poder para destruir a cientos de enemigos mientras presionamos los botones hasta encontrar el combo más impresionante. Pero esta vez no es así.

Es cierto que la serie ha tenido intentos por acercarse más a la complejidad de una batalla real y que ha pulido sus mecánicas para que intentemos pensar un poco más antes de actuar. Sin embargo, no lo había hecho al nivel de la presente entrega.

¿Qué es Godseekers?

Hay un género que cada vez vemos menos en consolas caseras y que ha estado más presente en PC y en portátiles. Me refiero al de los juegos de rol táctico que ha sido todo un éxito durante la historia del gaming moderno (si no me creen, tan sólo vean la cantidad de fans que tiene Fire Emblem). Pues justo el nuevo título de la franquicia, Dynasty Warriors: Godseekers, pertenece a este tipo de títulos, lo cual me llena de alegría pues le da un respiro a las mecánicas que ya todos conocemos y atiende a un público que hace casi una década no lo hacía.

Todo comienza cuando dos amigos, Zhao Yun y Lei Bin, deciden explorar una cueva mientras un levantamiento armado se lleva a cabo en China (los fans de la serie tienen más que memorizado el guión en el que todo se basa en cuanto al contexto histórico de la serie se refiere). Ahí se encontrarán a una deidad femenina llamda Lixia, la cual ha sido sellada en aquel lugar debido a la capacidad que tiene de controlar los pensamientos de los otros.

Sólo con esto ya puedo decirles que es una interesante adición, pues nunca se había tocado la divinidad de esta forma en la serie. Es cierto que ya había un contexto religioso, pero jamás a este punto.

A partir de la aparición de Lixia es que se comienza a desarrollar la historia que nos llevará a entrar en el conflicto armado que caracteriza a la serie.

Vamos a analizar paso por paso lo que nos ofrece este título.

Gráficos

En el apartado visual el juego no sorprende. Tiene gráficos regulares que no son malos, pero tampoco son impresionantes. Está en un punto medio donde incluso las cinemáticas no lucen del todo de esta generación (recordemos que en oriente fue lanzado para PS3 también).

Pero esto no es necesariamente malo. Me explico: El elenco de personajes es muy vasto y los fans podrán reconocer de inmediato a los más amados por ellos. Tengan por seguro que se nota el esmero en el diseño de estos personajes ya que no pierden detalle de lo que son y lo que los identifica, aunque sin llegar a ser modelados impresionantes. En cuanto a los enemigos, veremos que los más importantes también están detallados y no crean un conflicto visual (lo digo porque de la vista nace el amor, o en este caso el odio).

Pero todo lo anterior sólo es en cuanto a los personajes principales, ya que fuera de ellos los demás son totalmente genéricos y hasta repetitivos. De cualquier manera esto no tiene mucha relevancia porque todo el tiempo tendremos la partida en la vista que caracteriza a los títulos del género: sobre un tablero cuadriculado en donde lo más importante es planificar el ataque y ver dónde se colocan nuestras unidades y los enemigos. Además, en éste podemos rotar la cámara a nuestro gusto para explorar los mapas y encontrar mejor las ubicaciones.

Hablando de los mapas, la verdad es que son detallados en cuanto a la ambientación y la composición geográfica; sin embargo, se sienten un poco faltos de vida, como si solamente fueran tableros o maquetas ilustrativas de un museo. Pero no me mal entiendan, tampoco son lo peor y con las partidas se comienza a ignorar ese detalle.

Audio

Vamos a dividir este apartado en dos rubros: la música y el sonido ambiental.

La música de los menús es folclórica y nos remite directamente a China con cada uno de sus tonos y melodías; nos hace sentir en el lugar donde está ocurriendo el evento. No obstante, el problema de ello es que ésta sólo se escucha durante los menús y, aunque son buenas, no llegan a ser memorables. Son como un elegante detalle para la inmersión en el título.

Después tenemos la música en los combates, la cual no es lo suficientemente épica como para hacernos sentir en el momento histórico que estamos viviendo. Son mezclas de melodías clásicas de la franquicia con un poco de Rock para hacerlas más vertiginosas. No es mala, pero no pasa nada si juegas con bajo volumen o decides escuchar otra cosa. Seguramente los amantes de la serie la identificarán y notarán los cambios, pero estamos hablando de un nicho que realmente ama a esta serie.

En cuanto al sonido ambiental no hay mucho qué decir y eso es justamente el problema. Al principio los gritos de victoria o los sonidos de espadas se escuchan bien, pero éstos se repiten todo el tiempo y, con el paso de las horas, se vuelven repetitivos.

Jugabilidad

Una vez dichos los aspectos técnicos sensoriales podemos hablar de lo que importa más: las mecánicas y el diseño del juego. El título sin duda tiene una mención honorífica en este aspecto ya que es muy simple de entender y no es tan complejo como otros juegos del género. La verdad es algo que se aplaude porque nos habla de un estudio que conoce a sus jugadores y sabe que no están acostumbrados a las intrincadas mecánicas tipo Fire Emblem.

Desde el principio se nos explican las reglas básicas con las que funciona todo: se juega por turnos en los que podemos avanzar en una cuadricula delimitada y aprovechar nuestra posición para hacer el mayor daño posible, o defendernos de mejor manera. Recuerden que a veces menos es más, es por eso que la simplicidad de los combates los vuelve interesantes para cualquiera.

Pero que sean simples de entender no significa que no exista un reto. Constantemente tendremos que buscar la manera de subir nuestro nivel para enfrentar las batallas de la campaña. Al ganar podremos volver a las cuevas para que nos den más experiencia, al mismo tiempo que nos dan un repaso por todo el método de juego, y con esa experiencia y dinero podremos subir las habilidades de nuestros combatientes. Es aquí en donde el juego pierde un poco de su simpleza ya que nos ofrece un complejo árbol de habilidades para nuestro personaje en el que podremos aumentar sus stats (defensa o agilidad por mencionar algunos).

También con el oro que recolectamos en los combates podemos comprar armas más fuertes o ir mejorando la que tenemos. Esto es más simple de lo que se lee, ya que el sistema para aumentar el poder de nuestras armas es muy intuitivo y la curva de aprendizaje es nula.

Pero regresemos a la acción, ya que tiene un nuevo modo de combate sincronizado. A medida que vayamos destrozando pelotones enemigos juntaremos puntos que se acumulan hasta que un indicador destella y nos dice que podemos hacer un ataque sincronizado, el cual consta de tener un turno extra y poder mover a todos nuestros personajes. Una vez ejecutado nos dará un quick time event, para mashear nuestro botón y así hacer más daño a los enemigos, a manera de bonus. Aquí podemos ver que lograron mantener la esencia de la franquicia y de lo que todos conocemos, pero dandole nuevos aires.

Guión

Es aquí donde más flaquea el juego, pues los diálogos son aburridos y bastante simplones. Nos encontraremos con frases que se sienten muy forzadas y que son un cliché de cada tipo de personalidad. La narrativa también padece el mismo problema y hace sentir un poco floja la campaña. En realidad se siente más la historia en combate que durante las explicaciones y conversaciones que son predecibles. Siempre serás capaz de imaginarte qué sucederá en una plática entre los personajes.

Dynasty Warriors: Godseekers es un juego ideal para entrar al género de los SRPG debido a que su curva de aprendizaje es muy suave y permite que los nuevos jugadores comprendan los conceptos más básicos. Esto último es su mayor fortaleza, ya que simplifica la experiencia y la hace amigable con todos. También resulta brillante que nos deje ver a la franquicia desde un punto de vista fresco y que nos haga entenderla de más modos.

Sin embargo, no podemos decir que el juego sea excelente ya que técnicamente es mediocre. Aunque no es del todo relevante, pudieron haber hecho un mayor esfuerzo por hacer sentir más vivo al título.

Si quieres adentrarte en los SRPG o eres un fan de la franquicia, éste es un juego ideal. Empero, no es un indispensable del año y si decides no jugarlo no te estarás perdiendo de nada relevante.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg