Ante toda la popularidad de la cual goza Attack on Titan en el mundo, resulta interesante observar que la obra de Hajime Isayama todavía no haya recibido algún juego que logre capturar por completo toda esa esencia por la que se ha dado a conocer en el planeta. Si bien es cierto que ya existen algunos títulos de la serie que lo han intentado, hay que reconocer que ninguno ha conseguido tal codiciado objetivo debido a que resulta un tanto complejo transmitir y transportar toda esa acción dentro de un gameplay bien estructurado.
Omega Force, al ser una de uno de esos estudios que domina el genero de acción gracias a su trabajo en las series Warriors, decidió aceptar el reto de crear un título de dicha índole basándose en el exitoso manga/anime. Durante E3 2016, pudimos tener un acercamiento con dicho proyecto y comprobamos qué tan bien o mal les está saliendo su apuesta. Aquí les van nuestras impresiones.
No, no es un juego Warriors
Contrario a lo que muchos podrían pensar, el juego de Attack on Titan no es un intento más por hacer un Warriors con una franquicia distinta. Para la ocasión Koei Tecmo y Omega Force optaron por crear un juego con mecánicas de juego distintas, con un mayor énfasis a la estrategia y, aún más importante, con una menor cantidad de enemigos en pantalla. No por que se trate de un proyecto realizado por los creadores de la serie Warriors debes de dar por hecho se tratará de un juego en cuyo objetivo será matar a cuentas hordas enemigas veas en pantalla.
Tiene un sistema de aprendizaje muy amigable
Dentro del demo que probamos había tres distintas opciones de juego de las cuales pudimos probar dos. La primera de ellas consistió en un modo de entrenamiento en donde se nos explicaban las bases de los controles y la manera de operar del gameplay en cada uno de los escenarios. Para nuestra sorpresa y ante la creencia de que su jugabilidad podría ser sumamente compleja, lo que nos encontramos fue un sistema muy amigable con el jugador que lo va llevando de la mano para dominar las bases de todo.
A la par de lo anterior, nos llamó la atención que éste no cuenta con una estructura tan compleja de manejo ya que, a la par de los diversos movimientos y ataques que tenemos disponibles o la manera de enfrentar a los titanes, lo único de lo que deberemos de estar al pendiente en cada misión será de no quedarnos congas para desplazarnos y de cambiar las cuchillas de nuestras espadas antes de que éstas se quiebren.
Cuenta con una buena variedad de enemigos diferentes
Sí, es más que obvio que un juego de Attack on Titan tendrá como enemigos principales a los titanes (du’h). Sin embargo y por más ingenuo que esto se escuche, ninguno de ellos será igual a los demás.
Al momento de pasar al segundo modo de juego (el de las misiones), nos enfrentamos a diversos titanes, todos ellos con diferente tamaño, diseños y hasta forma de moverse en el campo de batalla. Mientras que en todos los casos el objetivo principal sigue siendo el mismo de tener que darles un tajo en la nuca para derrotarlos, más pronto que temprano nos damos cuenta de que hay muchas maneras distintas para eliminarlos. Por mencionarles algunos ejemplos, los titanes de gran tamaño son a los que (en teoría) más fácil nos podemos acercar desde las alturas para asesinarlos; los que son más pequeños y rápidos nos obligan a tener que maniobrar a ras del piso si es que deseamos acercarnos a ellos; y había otros más que se movían de manera extraña, lo cual complicaba aún más las estrategias que podíamos intentar.
Dicho de otra forma, no nos estaremos enfrentando al mismo titán una y otra vez o una variante él con skin diferente.
La inteligencia artificial si piensa
Como lo mencione brevemente en párrafos previos, la inteligencia que tiene el juego en verdad es algo de resaltar, en especial la de los enemigos. Con todo y pese a que nos enfrentamos a solo unos cuantos titanes, todos y cada uno de ellos nos ofreció un reto distinto respecto a los demás. Así como había colosos con movimientos tranquilos y predecibles, había otros que no lo eran tanto e, inclusive, existían otros con una actitud tan enérgica y extraña que resultaban más difíciles de leer o hasta de enfrentar. Visto de otra forma, no nos enfrentaremos al mismo enemigo genérico que no nos ataca como a los que vemos en la serie Warriors.
En lo que respecta a los miembros de nuestro equipo, éstos demostraron saber qué hacer en situaciones determinadas. Sin embargo llegó a haber momentos que, pese a actuar con inteligencia, no podían evitar meterse en problemas que fácilmente pudieron evitarse. Quizá esto último sea algo de lo cual sus desarrolladores deban de estar al pendiente, de evitar que los NPC terminen por convertirse en miembros inútiles o que compliquen más nuestra causa.
Su apartado visual se ve increíble
Al estar basado en el anime, Koei Tecmo buscó implementar un estilo visual y gráfico que fuera acorde con la misma. Resultó gratificante ver el tratamiento que el título recibió de parte de los desarrolladores ya que combina estilos de animación en cel shade con otros más de anime que lo hacen lucir impecable. Aunado a ello, detalles adicionales implementados como lo son la exhibición de daños a nuestras espadas o uniformes por el desgaste o mancharnos de tierra y sangre con el pasar de las peleas, era aspectos que aumentaban todavía más el grado de inmersión del gameplay.
Consigue capturar la esencia de la obra de Isayama
Por todo lo anterior sentimos que el juego de Attack on Titan promete mucho. Aunque no negamos que fue breve el tiempo que pudimos probar el demo, lo que jugamos en ese periodo nos hizo sentir parte de esa experiencia. En todo momento sentimos que éramos un miembro del escuadrón militar que enfrenta a los titanes, que formábamos parte de un equipo que protegía al pueblo, que el desplazamiento con el mecanismo de gas era veloz y acrobático, que nuestras acciones en verdad podían influir en el resultado de las misiones y que los titanes que enfrentábamos eran una amenaza considerable.
Si esto fue lo que sentimos en una sesión de juego de media hora, ya queremos probar lo que nos espera en el juego título final.
