Feature – El tormento de no poder jugar sola juegos de terror

TRENDING

Es de noche, acabas de llegar a tu casa y lo único que puedes pensar es en por fin poder jugar un poco The Evil Within. Lo habías comprado desde el fin de semana pero por todos los pendientes no conseguías un espacio de tiempo razonable para jugarlo. Ahorita es cuando, no importa que esté lloviendo, esperas que no se vaya la luz y poder adelantar lo más que puedas. Subes las escaleras hasta tu cuarto y en ese momento un trueno logra asustarte; piensas que no es más que un simple relámpago, sigues subiendo y escuchas pasos detrás de ti. Volteas y no hay nadie.

Si este párrafo anterior fuera una película estoy segura que nadie hubiera conseguido asustarse, pero si realmente uno fuera el protagonista de esa historia toda la situación cambia. Es lo mismo que sucede con los videojuegos de terror, o por lo menos, lo que me sucede a mí. Y es la verdad, desde que recuerdo nunca he podido ser demasiado valiente como para acabar un juego de terror sin el momento incómodo de aventar el control o pegar un grito de tal magnitud para perforar el tímpano de la persona que está a lado mío, mucho menos he podido sentarme sola con la luz apagada y soportar el audio de suspenso sin poner chinita mi piel.

¿Cómo sucedió esto? Creo recordar un poco el origen de toda esta situación. Navidad de 1999, uno de mis regalos más queridos: un cartucho de Resident Evil 2. Estaba tan obsesionada con leer historias y ver películas de terror que tener por primera vez en mis manos una nueva forma de interactuar con este género me causaba demasiada emoción. Lo que no contaba es con que el jugar videojuegos es una experiencia completamente diferente, si realmente te involucras en el gameplay habrá un momento donde te sientas por completo el protagonista de la historia, y eso no siempre resulta de la manera más agradable.

resident-evil-2-cartucho-cart

Tomé mi Nintendo 64 y comencé a jugar la primera historia de zombies que parecía tan prometedora. Todo iba bien en el gameplay hasta que al llegar al Departamento de Policías de Raccoon City y tener que lidiar con el suspenso de la música, los diferentes zombies y un par de sustos en pasillos que parecían estar deshabitados me hicieron dejar el control a un lado, salir corriendo de mi cuarto con tan sólo once años y decidir que no volvería a jugar hasta que estuviera acompañada. Y así pasó, tanto mi hermana como amigos me ayudaron a sobrellevar este primer juego que marcó parte de mi infancia.

El tiempo pasó y estando en casa de un amigo decidimos jugar Silent Hill (la primera entrega), el ver a mis amigos jugar y ayudarlos a resolver acertijos fue algo que realmente me cautivo de esa saga de juegos. Ya había pasado tiempo desde mi encuentro con los videojuegos de terror y mi imposibilidad para jugarlos estando sola, pero si hay algo que realmente disfruto es ver cómo mis amigos se apoderan del control y hacen de la narrativa de estos juegos algo muy propio. Por eso mismo puedo decir: amo los videojuegos de terror aunque no pueda sostener el control yo sola por mucho tiempo.

T103R¿A qué se deberá esto? Muy por aparte de las películas de este género, los videojuegos te dan la apertura en donde tú eres el protagonista de la historia (aún cuando no sea en primera persona) y la responsabilidad recae completamente en ti y en tu habilidad para enfrentarte a situaciones un tanto estresantes. De ahí que un videojuego logre paralizarnos del miedo o hacernos gritar como niñas pequeñas. Aún recuerdo la escena de Resident Evil 2 donde Claire enciende el monitor y puede ver a Mr. X (Tyrant T-103) acercándose. Esa sensación de “ya valí” y la desesperación por tratar de huir es incomparable con cualquier película de terror que haya visto, por lo menos en ese tiempo. Es mejor que ver una película, compartes la responsabilidad de lo que le puede pasar a tu personaje o a tu compañero, y eso no lo he visto en ningún otro formato.

De por sí los videojuegos nos hacen sentir inmersos en un mundo completamente diferente y vivir por momentos una historia alterna, si la situación es completamente terrorífica entonces sentiremos que realmente la estamos viviendo. ¿Cómo es eso? Basándonos en que la inmersión es un proceso psicológico que surge cuando la persona empieza a dejar de percibir su medio natural y enfoca toda su atención en un medio artificial[1] –en este caso los videojuegos– todo esto derivado de factores como el encontrarnos en una situación de familiaridad y empatía en este nuevo medio, de tal forma que reaccionamos a lo que sucede en éste como si fuera parte de nuestro mundo real.

A comparación de una película –incluso si comparamos la película de Silent Hill con los juegos– podemos sentir una situación incluso más tensa a la hora de jugar, esto resulta de la obviedad en la que tú tienes el control, te “metes” no sólo en la situación sino que además el audio te logra estresar de tal manera que sabes que si no resuelves las cosas bien vas a tener tú –o tu personaje– que asumir las consecuencias. Es como si de pronto pudiéramos decirle al personaje de la película qué es lo que debe de hacer y cómo; estoy segura de que si pudiéramos tener ese control en el cine al final acabaríamos asustándonos con unas cuantas películas. De ahí que muchas veces se intenten sacar películas basadas en un videojuego y que no cumplan las expectativas debido a lo que hacen sentir.

Amnesia-The-Dark-Descent-Cover-ArtDespués de separarme un poco del tipo de juegos de Survival Horror, mi regreso esperado fue con Amnesia: The Dark Descent, donde pude en verdad descubrir que el terror puede ser completamente psicológico, y más que espantarte por apariciones o monstruos que te aparezcan de la nada, uno mismo puede crearse una situación de terror básicamente de la nada utilizando elementos auditivos como gritos, rechinidos, golpes, zumbidos, así como distorsiones de la pantalla y claro, una gran narrativa con el fin de mantener un estado de ansiedad y tensión en el jugador. Ahí fue donde llegó la punta de mi amor/odio por los juegos de terror, amor por sentir esa expectativa de ser asustada y el odio por no poder tener la capacidad aún de jugarlo sola.

Y es que realmente, los videojuegos te meten en un ambiente donde el gameplay combinado con el suspenso te hacen sentir en una verdadera sensación de peligro. Tal cual como si un movimiento en falso pudiera ocasionar tu muerte; sobre todo en videojuegos como Amnesia, donde el suspenso te hace sentir inmerso en una atmósfera en la que estás completamente desprotegido. Y eso, aunque no hayamos estado en una situación real como la de ciertos videojuegos, lo hemos sentido en ocasiones al caminar en una calle solitaria a media noche o en cualquier situación de peligro. Nos sentimos identificados.

Hoy en día, como podemos ver en entregas como el P.T. de Silent Hills existe una mayor preocupación por no sólo crear un videojuego de terror per se, sino lograr a través de diferentes encuadres de cámara y sobre todo con la influencia de grandes directores de culto como lo es David Lynch entrar a una atmósfera terrorífica que no sólo nos haga sentir el miedo por el miedo, sino que nos haga ir en busca de algo más, encontrar explicaciones –o tal vez no- a lo que realmente nos causa miedo. Y por lo menos cada vez me sorprenden más, de tal modo que con este último demo para la nueva entrega de Silent Hills descubrí que ese miedo lo puedo sentir tan real con tan sólo ver a mis amigos jugando –por lo menos ya no sufren los controles de ser aventados por mí–.

p-t-sillent-hills-norman

Mientras tanto, espero algún día poder atreverme a ser por más de unos minutos el protagonista de la historia, apagar la luz y encontrarme sola acabando por primera vez un juego de terror sin sentir que saldré gritando y corriendo de mi cuarto.

Notas

[1] González Tardón, Carlos, “Inmersión en mundos simulados. Definición, fáctores que lo provocan y un posible modelo de inmersión desde una perspectiva psicológica”, Investigaciones Fenomenológicas, vol. monográfico 2:Cuerpo y alteridad (2010)

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg