Los Editores – Luchando por la cima

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Uno de los primeros aspectos competitivos de los videojuegos fue el incluir una tabla de líderes para demostrar quién es el mejor. ¿Shooters? ¿puzzles? ¿juegos de plataformas? ¿de ritmo? Existen muchas maneras de puntuar en los videojuegos y es ésta, al mismo tiempo, una de las más grandes motivaciones para nosotros: llegar a la cima de los marcadores.

Quizá la mejor manera de ver nuestros puntos reflejados en una tabla de líderes era en los salones de arcades. No había nada mejor que dejar tus tres iniciales en la máquinas de shooters, de peleas, de baile o incluso en las hermosas máquinas de pinball. Con el paso del tiempo los marcadores evolucionaron y ahora en una red de videojuegos conectada a internet tenemos la posibilidad de competir en línea por ser los mejores del mundo, en casi cualquier plataforma.

Una de mis principales adicciones dentro de los videojuegos es de superar puntuaciones en los marcadores en línea y las experiencias tipo arcade con este tipo de funciones casi siempre son una gran motivación para optar por un juego.

Cuando salió el PlayStation 4 probé Killzone: Shadow Fall y Assassin’s Creed IV pero ninguna experiencia me enganchó tanto como Resogun, shooter en el que diariamente trataba de mejorar mis habilidades para consagrar mi nombre, y la bandera de mi país, en la competida tabla de líderes. Entre muchas desveladas logré colocar uno de mis récords entre los 50 mejores del mundo (quizá en estos momentos ya haya caído unos cientos o miles de posiciones). Y aunque no me considero uno de los mejores jugadores del mundo,  la motivación para regresar al juego siempre fue poder romper mis récords.

Más recientemente me vi motivado a obtener un trofeo en Rayman Legends, para esto debes quedar entre el 1% de los jugadores en uno de los retos diarios o semanales que ofrece el juego. Decidido a lograr esta hazaña me encontré jugando hasta altas horas de la madrugada uno de los niveles una y otra vez para imponer una marca competitiva. Tras varias horas, vencí a estadounidenses, rusos, chinos, japoneses, españoles y otros jugadores hasta colocarme en segundo lugar de trescientos jugadores que competían en el reto. Al final, dormí tranquilo pensando que mi marca sería imbatible, o al menos lo suficientemente buena para que no fuera vencida en el transcurso de las 15 horas que quedaban del evento.

Me desperté cansado pero contento, sólo para darme cuenta de que mi marca ya había sido superada y me habían colocado en séptimo puesto. Aunque la cantidad de jugadores que habían aceptado el reto aumentó considerablemente, me fue posible estar entre el 1% de los jugadores que me permitía completar satisfactoriamente el reto.

Al final, en los últimos tres minutos del reto semanal fui superado por un usuario árabe que me dejó a centésimas de segundo de la gloria que tanto ansiaba. Fue frustrante pero, por otro lado, me impulsó a seguir trabajando por llegar a la cima en los retos diarios.

Quizá a muchos de ustedes les ha pasado algo similar. A diario competimos en muchos juegos por colocar nuestros nombres en las tablas de puntuaciones en línea. Yo les puedo decir que para mí es una adicción que disfruto bastante y, aunque muchas veces me quede lejos de la cima de los marcadores, el viaje que implica repetir cientos de veces un nivel hasta llegar a la añorada cima en la lucha por colocar las mejores puntuaciones vale la pena.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg