Los Editores: Cómo elegir un juego para niños

TRENDING

 Los videojuegos, pese a lo que muchos padres creen, no son las niñeras tecnológicas. Deben de ser vistos como un medio para interactuar de una manera distinta.cómo elegir un juego

La semana pasada me hicieron cuestionarme por qué queremos invitar a los niños a la lectura y cómo lo hacemos. La mayoría comenzó diciendo que hay que hacerlo por medio de un buen libro (eso es lo que indica el sentido común), sin embargo, también recibí una respuesta que no había contemplado:

Tú crees que al niño le va a gustar eso, ¿por qué no dejas que él elija?

No tiene nada de malo empezar por los libros con dibujitos, o con los más simples (desde una perspectiva de un adulto), con los que quizá no tienen una historia; lo importante es que él se sienta bien y, tal vez luego, puedas sugerir otro.

Sí, parece sencillo. Aunque, ¿cuántas veces no queremos que los niños compren el de la película que acaba de salir? O ¿cuántas veces dejamos que anden por la tienda y tomen uno y pagamos sin pensar si ese es el adecuado para ellos? Los adultos llegan a las tiendas de videojuegos y a las librerías con tantas dudas que decidí compartirles un poco de mi experiencia como activadora.

El mayor error de los adultos es llegar a la tienda y decir cosas tan vagas como: quiero un juego para Xbox, quiero el nuevo Mario, estoy buscando uno para mi niño de ocho años, quiero uno barato; sí, es tan vago como pararte en la librería y pedir lo último que les llegó. No es lo más conveniente comprar la versión para niños de una gran novela, obligarlos a leer el Quijote a los 10, ni tampoco esperar que elijan los que a nosotros nos gustan por la historia, mecánicas y personajes. El niño es muy listo y podemos animarlo, sin embargo, no tiene ni la experiencia ni los antecedentes que nosotros sí.

Es tan importante ir a la tienda como investigar qué es lo que hay ahora en el mercado de los videojuegos. 

Debemos decir a los niños (y a veces también a los papás) que los videojuegos NO se eligen por la portada o por las imágenes que tienen las cajas, incluso a veces tampoco por la calificación que tienen. Es tan importante ir a la tienda como investigar qué es lo que hay ahora en el mercado de los videojuegos. No tiene sentido querer comprar “el mejor”, “el que más se vende” o el más barato” si no sabemos qué le gusta al niño, cuáles ya jugó (si los terminó), de qué tiene ganas y si ya lo jugó antes con sus amigos.

 Y es que a veces comenzamos con errores tan simples como olvidar que no a todos les gusta lo mismo: no a todos los niños prefieren los juegos con autos; ni todas las niñas, bailar. Quizá para alguien no tiene sentido emular un juego de mesa ni resolver acertijos, o escribir palabras le parece absurdo. Debemos, antes que nada, saber cuáles son sus intereses y en qué ocupan su tiempo libre.

-Mamá, ¿me puedo llevar ese?
-No, tiene una M de… M de mucha sangre.
-¿Y por qué Luis sí lo tiene?

Ojalá fuese tan sencillo. Empecemos por preguntarnos si la clasificación del juego es la adecuada para ellos. La ESRB (Entertainment Software Rating Board) ofrece una clasificación por contenidos y da una edad recomendada para que no haya ese inconveniente. La E para todos, T para adolescentes, M para adultos. Por supuesto, éstas no son excluyentes. Un niño que juega sin problema E, lo más probable es que pueda con un E10+. O bien, si tiene diez o 12 años y en la vida ha jugado uno, creo que lo conveniente será empezar con los E.

 Luego, debemos preguntarnos si estaremos allí o no. Los videojuegos, pese a lo que muchos padres creen, no son las niñeras tecnológicas. Deben de ser vistos como un medio para interactuar de una manera distinta, no para desatenderse de sus hijos. Si estaremos con allí, podremos también considerar aquellos cuyas indicaciones no vienen en español, o aquellos en las que pueden estarlo por escrito, pero que no tienen una voz que le dice al niño los pasos a seguir o en qué se equivocó.

Es importante orientarlos los primeros minutos de juego para que aprendan las mecánicas y objetivos, después podrán seguir adelante solos.

-Me dijo que quiere Sticker Star.
-¿Qué edad tiene?
-cuatro
-¿Sabe leer o va a estar ahí con él?
-No, ¿tengo?
-Mejor llévese este otro.

Muchos disfrutamos la experiencia de los títulos multijugador. Quienes tenemos hermanos poseemos varios de estos, y, por supuesto, tuvimos que invertir en otro control para, quizá, hacerlo más justo (y evitarnos las peleas). Por el contrario, hay niños que juegan siempre contra la inteligencia artificial, son niños a los que seguramente les emocionará competir contra alguien más, amigos y familiares, para demostrar sus habilidades.

Las generalizaciones suelen ser un problema terrible y constante. Muchas veces me tocó ver al hermano mayor diciendo a la mamá que no comprara un Wii, que eso es para niños… y el hermano menor tenía 4 años. Creo que ambos hermanos tienen derecho a opinar y a ser considerados.

No existe una mejor consola; seguro hay un par que satisfacen mejor las necesidades de cada jugador y cada familia.

Es tan válido considerar el precio de una consola, como el catálogo que ofrece para así asegurarse de que se realiza una buena inversión. No siempre la consola más barata en el mercado es la mejor idea pues dejará de haber lanzamientos. Algunos optarán por aquellas con retrocompatibilidad y otros más por la última tecnología.

¿Los videojuegos son costo o inversión? Definitivamente hiciste una buena elección con un título que le enseñara algo: quizá coordinación, la lógica de un juego de mesa, a colorear, a cuidar una mascota, las mecánicas. Por otra parte, si ya sabemos que el juego de la película sólo lo van a terminar y nunca regresarán a él, no hay que negarlos a la experiencia, bien podemos rentarlo.

 Si a él le emocionan los títulos de carreras, independientemente de lo que consideremos nosotros de sus gráficos, no debemos negarlo, sino sugerirle cuál podría gustarle más. Si nosotros sentimos que un LEGO más ya no es buena idea, consideremos que su perspectiva y la nuestra son distintas. Lo importante es hacer que sus habilidades crezcan.

Muchos papás se olvidan de que los videojuegos ayudan, por ejemplo, a coordinar, sin embargo, todo es un proceso y debemos empezar por títulos sencillos en su control para que el niño aprenda, mediante la repetición, a distinguir sus errores y aciertos; luego, podremos involucrar más botones u accesorios. Cuando los niños se dan cuenta de cuál es el momento indicado para saltar, para avanzar, para pintar con un pincel, para usar un arma, entonces están listos para ir hacia una experiencia más compleja.

Pueden tener una finalidad educativa, cierto, pero hay que ver cómo acercarlos a ellas. Se trata de que sea un beneficio del videojuego y no que lo vean como un castigo, lo que también podría suceder si los limitamos a los que nosotros ideales para ellos. Quizá sea una buena estrategia empezar a jugar tú el que te gustaría que ella jugara, tal vez intente seguirte y hacerlo o no. Y no tiene nada de malo si no lo hace, quizá en unos meses le sea más atractivo.

La experiencia del videojuego es tan única como la del libro es, a final de cuentas, una vivencia personal.

Dependerá de lo que hayas jugado antes y de tus intereses, de con quién lo compartiste. Quizá, aunque sea muy bueno, no lo tuvimos en el momento correcto y nos pareció tan difícil que dejamos de intentarlo, o quizá los primos mayores decían que era malo o muy sencillo. Si aprendiste algo, el videojuego sirvió para entretenerte y para darte un beneficio adicional.

Creo que, como padres, debemos considerar la inversión, no sólo económica sino de tiempo, que así como revisan sus calificaciones o las películas que rentan, también hay que ser conscientes de qué les estamos regalando. Elegir un título que les enseñe o desarrolle una habilidad es importante, tanto como que ellos lo sientan atractivo y divertido. 

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg