¿Qué es The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses?

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Todo comenzó hace una década con un joven productor de espectáculos llamado Jason Michael Paul, que después de trabajar en algunos lugares de la costa oeste de los Estados Unidos, decidió establecer su compañía en Los Angeles. Este emprendedor, teniendo la experiencia de trabajar con figuras como Pavarotti, Domingo y Carreras, tuvo la visión de hacer en América una experiencia musical que durante muchos años sólo había estado reservada para Oriente.

Desde los ochenta, la cultura japonesa ha mostrado tal respeto y aceptación por los videojuegos como para organizar grandes conciertos sinfónicos donde se interpretaran los temas musicales de éstos. En 2004 fue estrenado el show Dear Friends: Music From Final Fantasy, en el Walt Disney Concert Hall con la Orquesta Filarmónica de Los Angeles; este concierto fue planeado en conjunto con el compositor insignia de la franquicia, Nobuo Uematsu. El éxito de concierto abrió las puertas para que dos años después se estrenara el show PLAY! A Video Game Symphony, que además de Uematsu, incluiría música de figuras como Koji Kondo, Yasunori Mitsuda y Akira Yamaoka.

El momento de las aventuras de Link llegó en 2011, cuando para celebrar el lanzamiento de Skyward Sword en el marco del 25 aniversario de la serie, fue anunciado un álbum musical que acompañaría al juego, reinterpretando orquestalmente el soundrack de los títulos más populares de la serie. A partir de este álbum, surgió la producción The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses, a cargo de Jason Michael Paul, que es un programa sinfónico en cuatro movimientos, arreglado por el director Chad Seiter.

El año pasado comenzó la gira de Symphony of the Goddesses, visitando varias ciudades de Estados Unidos y Canadá, con un éxito arrollador, no sólo por su valor de memorabilia de un videojuego, sino por su calidad musical y multimedia. Este año, el concierto ha sido llevado a lugares más lejanos, como Londes y próximamente la ciudad de México, donde tendremos la oportunidad de celebrar más de dos décadas de música en el recinto más prestigioso del país, con una de las orquestas más importantes.