REVIEW – Monaco

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Monaco es uno de esos títulos que es difícil de apreciar con solamente ver unas capturas de pantalla o un video, y es hasta que tomamos el control que podemos entender.

POSTERMONACOCada vez es más común ver a los títulos ganadores del Game Developers’ Conference siendo distribuidos en las plataformas digitales de las consolas de actual generación. Monaco, en la edición del 2010 del GDC, al colgarse las preseas de Excelencia en Diseño y el codiciado Seumas McNally Grand Prize, prácticamente aseguró su publicación en consolas. Después de más de dos años de producción, este juego de Pocketwatch Games se une al exclusivo grupo en el que están otros, como World of Goo, Braid, Limbo, Super Meat Boy y Fez. ¿Valió la pena la espera?

Podría pensarse que con destacar en el GDC del 2010, la publicación de Monaco se hubiera acelerado; sin embargo, no fue así e incluso el estudio tuvo que recibir financiamiento del grupo Indie Fund para ser terminarlo. Por fortuna, el juego se completó debidamente y, el día de hoy podemos disfrutar de la experiencia que se nos prometió desde un principio. Monaco es uno de esos títulos que es difícil de apreciar con solamente ver unas capturas de pantalla o un video, y es hasta que tomamos el control que podemos entender su interesante propuesta que combina perfectamente forma y fondo.

El desplazamiento por el nivel queda a total libertad del jugador y ahí es en donde entra el fantástico diseño de niveles de Monaco.

La historia nos pone en los zapatos de unos pillos que escapan de una prisión e inician toda una cadena de atracos en Monaco. A lo largo de las diferentes misiones se les irán uniendo nuevos personajes, hasta llegar a un total de ocho. Cada integrante de la pandilla funge como una diferente clase dentro del juego, contando con sus propias habilidades para trabajar en equipo, en multijugador, o tener que apegarse a su estilo único en partidas de un solo jugador.

El objetivo en todos los niveles será prácticamente el mismo: entrar sigilosamente a un lugar evadiendo guardias, cámaras de seguridad y otros peligros, para llegar hasta un punto especifico en el que tienes que recolectar un ítem o realizar una acción. El desplazamiento por el nivel queda a total libertad del jugador y ahí es en donde entra el fantástico diseño de niveles de Monaco.

Realmente no hay un camino especifico que debas seguir para lograr tu objetivo, sino que dependerá de los personajes que hayas elegido, así como de tu habilidad para moverte por el nivel. En cierto aspecto, esto hace que el juego tenga una excelente combinación, entre la parte de sigilo y los elementos de toque puzzle.

Los controles son bastante simplificados y solo requerirás de un par de botones para realizar todas las acciones del juego. Dependiendo del personaje que hayamos elegido, tendremos que adaptarnos a sus habilidades especificas para poder cumplir la misión. Las particularidades de cada integrante se relacionan directamente con los elementos que manejamos en el juego. El Cerrajero es el que más rápido abre los candados y puertas, por lo que te da un mayor margen para escabullirte, ya que no tienes que esperar tanto a que no haya guardias visibles para abrir cerrojos. Por otra parte, el Limpiador te permite desmayar a personas que estén descuidadas, lo que te evita que estos NPCs te vayan a delatar con los guardias, complicando tu avance a la mitad de los niveles.

La estética de Monaco es destacable porque combina un sincero estilo pixel art con genial iluminación de escenario.

Nótese que siempre las habilidades de los personajes son un bonus positivo en una propiedad, y de una clase a otra no hay una desventaja o penalización. Esto hace que cualquier nivel lo podamos terminar con cualquier personaje, siempre y cuando nos adaptemos a su estilo de juego. Eso también dependerá de nuestra propia personalidad, el definir con qué personaje nos adaptamos más.

La estética de Monaco es destacable porque combina un sincero estilo pixel art con genial iluminación de escenario. Aunque la perspectiva del juego es aérea, solamente aquello que esté dentro de nuestro campo visual estará “visible”, mostrando sus colores, mientras que lo demás —que literalmente no podemos ver en el nivel— quedará en blanco y negro. Esto además de crear un dinamismo muy agradable para la vista, combina perfectamente con el sigilo requerido en el juego.

La historia, que se desarrolla a través de pequeños diálogos entre misiones, aunque muy sencilla, está bien escrita para mantenernos a la expectativa. Los diferentes integrantes se caracterizan —razonablemente— a través de sus diálogos entre misiones, dándonos un poco de profundidad acerca de cómo es cada uno.

Otro elemento importante de Monaco es su música, ejecutada principalmente en piano, que nos da una sensación de película muda. Todas las emociones que se generan durante los niveles —desesperación, alivio, suspenso, entre otras— se representan correctamente en las piezas que componen el soundtack del juego.

Posiblemente donde flaquea Monaco es en su extensión, sobre todo en su modo de un jugador.

La campaña principal de Monaco consta de 16 niveles, que un jugador dedicado terminará sin mayor problema. Las misiones tienen una suave progresión en la dificultad, y nunca caen en la frustración. Cada nivel cuenta con diferentes trofeos que puedes obtener dependiendo de si pasaste el nivel sin morir, o al obtener todas las monedas del nivel. Para desbloquear las misiones de una segunda campaña, que consta de los mismos niveles pero con mayor dificultad —y están narrados desde el punto de vista de otro personaje—, tendrás que obtener los trofeos que te otorgan por recolectar todas las monedas. También, al terminar por primera vez el juego, se desbloquea un juego multijugador competitivo con un alto valor de rejugabilidad.

Posiblemente donde flaquea Monaco es en su extensión, sobre todo en su modo de un jugador; aun con el contenido extra mencionado, regresar a las misiones anteriores puede llegar a perder su magia y volverse repetitivo. Es ahí en donde Monaco se vuelve una experiencia con mayor valor para el multijugador cooperativo, en donde la posibilidad de jugar un nivel varias veces tiene mayor profundidad, debido a todas las combinaciones que pueden darse al interactuar con más personas. Podría decirse que eso es el principal eje del juego, ya que la idea de hacer “atracos profesionales” implica contar con un equipo multidisciplinario y lograr que el conjunto funcione a la perfección.

Nota: Para esta reseña se utilizó la versión de Steam×

Monaco es una excelente recomendación para aquellos que busquen un juego indie que combine perfectamente contenido y forma, y no un título cuyo fuerte sea un arte desmesurado, o una mecánica revolucionaria. Finalmente, si quieren vivir la experiencia tal como fue diseñada, tendrán que jugarlo en cooperativo con otros tres jugadores, ya que es la única forma de llevar al máximo el diseño de los niveles. Por todo esto, le otorgo una calificación de 80.