Reseña: Fire Emblem Awakening

TRENDING

Soy el comandante de un ejército. Tengo el mundo en mis manos y el mando absoluto que llevará a las tropas a la victoria o a la muerte. Mis decisiones cuentan (cómo quisiera poder volver a tomar aquellas que reescribieran la historia a mi manera). No. Esto es Fire Emblem y soy una pieza más en un mundo herido por la guerra. Bienvenidos a la reseña de Fire Emblem Awakening para Nintendo 3DS.

Yo fui de esos novatods (sic) que se sorprendieron al ver caballeros medievales en Super Smash Brothers Meele y que se quedaron idiotas al leer que la serie de Fire Emblem es desarrollada desde hace un par de décadas por el monstruoso estudio Intelligent Systems, filial de Nintendo y responsable de llevar la pauta en más de un género. La lista de títulos donde tienen su firma carga con nombres como Super Metroid, Advance Wars, Paper Mario, Tetris Attack y decenas de piedras angulares que hoy dan forma a la manera en que se piensan y crean videojuegos. Es por eso que tener hoy en las manos un título de ellos me emociona y me abruma. Hoy vengo a darles razones para comprarse un Nintendo 3DS, así que sepan de entrada que esta es una reseña parcializada -como todo lo que escribo, es un viaje personal- y vengo a contarles porqué.

Bueno, a lo que nos toca, hablemos de Awakening. 

La guerra nunca cambia

Como videojugadores hemos asistido a incontables combates bélicos. La guerra es un tema recurrente en la riquísima historia de los títulos que hemos visto pasar frente a nuestros ojos y, como en toda historia bélica, nunca sabemos bien dónde empezó y cuándo irá a terminar. Ése es mi sentimiento inicial cuando juego Fire Emblem: saber que tengo un título que forma parte de una saga de juegos que data desde los noventas, de los cuales muchos están en japonés y nunca llegaron a nuestro país.

Como buen comandante de guerra, si me toca estar frente a un conflicto, debo de conocer su contexto inmediato. Este juego lo hace muy bien a sabiendas de que no todos hemos jugado la saga completa y es muy respetuoso para los jugadores nuevos. Nos introduce a un mundo que carga maletas del pasado, pero al mismo tiempo es generoso a la hora de decirnos “bienvenido, éste es tu mundo, olvídate del pasado y a pelear”.

Los RPG de combate táctico nacieron para ser jugados en portátiles. Que podamos llevar en el bolsillo la guerra nos otorga una experiencia móvil que no se detiene si no estás frente a la televisión. Además, los combates tácticos por turnos siempre han atraído mi curiosidad. Títulos como Tactics Ogre, Disgaea, Final Fantasy Tactics y Advance Wars nos otorgan un tipo de juego reflexivo y preciso. En pocos géneros el combate del jugador contra la máquina se siente tan bien logrado. En una extrapolación del ajedrez a la época actual, debes pensar cada movimiento con cuidado y mejorar tus tropas para siempre estar listo para esa batalla donde el enemigo te supere numéricamente, debes aprender a vencer la inteligencia artificial de un sistema que está listo para aprovechar cualquier debilidad en tu estrategia. Eso me calienta la sangre y me vuelve obsesivo con cada jugada y busco siempre elegir la mejor antes de seguir adelante. La guerra táctica en los videojuegos nos vuelve aprendices de sus reglas y nos pide que seamos superiores a ellas para ganar. Fire Emblem Awakening nos vuelve a colocar en un campo de batalla reticulado donde nuestra sagacidad irá venciendo una a una las batallas que Intelligent Systems puso en nuestras manos diciéndonos “a ver si eres tan listo…”. Todo lo anterior está entretejido con una historia dramática y trágica donde cada combate cuenta y cada personaje tiene un nombre y una historia.

Asentando las bases del combate


El juego inicia con una pantalla sencilla de creación de personaje. Podremos elegir la apariencia y nombre de nuestro avatar, quien será -dentro de la historia- el protagonista principal que carga con el peso narrativo de la historia y al mismo tiempo pieza clave en los combates, ya que su clase única de “Tactician” tiene ventajas numéricas sobre la mayoría de las demás. Aparecerás amnésico en un prado donde serás invitado por Chrom, príncipe de Ylissia, y sus Shepherds a pelear dentro de una batalla por la libertad y la paz. A partir de este incidente, la historia se irá desarrollando en cápsulas de animación —de las que hablaré después- y diálogos con fondos, costumbre repetida en juegos de esta categoría. Créanme cuando les digo lo siguiente: la historia de Fire Emblem es interesante, pero no tanto como la que sucederá en la mente de cada uno de los jugadores. Nosotros completamos el vacío que deja la narrativa. Nosotros somos quienes poco a poco iremos formando las relaciones y conflictos que suceden dentro y fuera del juego. Lo advierto desde ahora: si se descuidan un poco, esto llegará a obsesionarlos.

La historia del juego narra el conflicto de Chrom, quien se encuentra a la mitad de una guerra cuyos protagonistas principales y sus intenciones se irán revelando a cuentagotas. El juego es una dualidad entre pelear contra otros reinos que quieren hacerse del Fire Emblem (un emblema mágico que cargas durante el título y cuyos poderes pueden cambiar el curso de la historia) y vencer a una fuerza desconocida llamada Risen (que son una especie de no-muertos que aterrorizan a diestra y siniestra). Awakening, como todo juego del género, nos pone a la mitad de un conflicto más grande que la vida misma y nos tiene a merced de decisiones que no podemos controlar.

Como buen título de guerra táctica, estaremos frente a cientos de números que representan a nuestros personajes (y viceversa). Awakening, a diferencia de otros títulos del género, no tiene un sistema generador de unidades y cada uno de los avatares con los que jugaremos tiene una historia y un contexto. No nos equivoquemos: esto no es Advance Wars. Fire Emblem se distingue específicamente por los elementos de juego que lo vuelven único: la dificultad, la muerte permanente y lo importante de las relaciones entre los personajes. Empecemos hablando del sistema de batalla.

En cada encuentro utilizaremos unidades no genéricas. Todas son importantes hasta el punto en que tú, como jugador, quieras hacerlas significativas. Aprender a mantener tus unidades tanto en batalla como fuera de ella será la clave para la victoria. Dos mecánicas son básicas para entender el juego: la primera consiste en que cada vez que uno de tus soldados conecta un golpe con un enemigo irá subiendo en experiencia y fortaleciéndose; la segunda es que si esto sucede mientras estás emparejado con otra unidad un par de corazones aparecerán indicando que el lazo entre ellos ha mejorado. Es así como todos los personajes crecerán tanto en fortaleza como en la compatibilidad entre ellos. Una pareja compatible se volverá invencible una vez que han llegado al grado máximo en su relación. Ayudándose en batalla, conectarán a veces hasta tres golpes por turno o lograrán defenderse mutuamente de ataques que serían mortales. Si nos vamos a las bases que dan pie al título, las unidades se irán sumando a la lucha en cada capítulo del juego y tendremos tiempo de probar sus habilidades en el terreno de batalla y, después, como dioses obsesivos que somos, querremos ver hasta dónde podemos llevar a cada uno de ellos.

Donnel el inútil y la muerte de Vaike

Una de las primeras misiones opcionales de Awakening te pone a salvar una pequeña villa a las afueras del reino donde los Risen están por acabar con todos los pueblerinos. Uno de ellos, Donny, se ofrece a ayudar a tus tropas cuando las ve marchar por la puerta principal. Inicialmente, este personaje parece simplemente una broma cuyas limitadas capacidades no dan para más que ser un inútil. El juego, sin embargo, te dice que si eres capaz de subirlo un nivel durante la batalla se unirá a tus tropas. Yo, como defensor de los débiles, decidí darle su chance a Donnel y logré terminar la misión con él vivo. A partir de entonces, se volvió parte de mi equipo. Y, efectivamente, resultó ser un inútil en batalla, pero tenía un pequeñísimo detalle: curiosamente es uno de los pocos personajes del juego que carga con una habilidad capaz de subir tus atributos mucho más que el resto de los personajes. Es decir, potencialmente este debilucho genérico puede ser transformado con esfuerzo y dedicación en un poderosísimo aliado y no sólo eso, pues si consiguen emparejarlo con alguna de las damas del juego , eventualmente tendrá un hijo que cargue con esa importantísima habilidad. Es así mi misión fue crecer y matrimoniar a Donny. Al final, resultó entonces ser un personaje con el que me encariñé al verlo crecer from zero to hero y ver los frutos de su esfuerzo transformarse. 

Pero no todo es miel sobre hojuelas en el ejército de Chrom y Daniel (sí, soy un ególatra y le puse mi nombre a mi avatar). En Fire Emblem Awakening puedes elegir si quieres prender o apagar la muerte permanente. Esto significa que si uno de tus personajes muere en batalla, lo perderás para siempre (o no). Aquellos que no tienen una implicación más allá en la historia, aparecerán como muertos y, aquellos que aún tengan un papel qué jugar, aparecerán como retirados. Aún así, no podrás volverlos a usar en batalla ni casarlos ni verlos formar una familia: habrán desaparecido. Es la primera vez que un Fire Emblem nos da la opción de hacer esto, ya que en entregas anteriores la muerte permanente era fija. Además, puedes elegir entre tres dificultades que explico a continuación.

Siendo un obsesivo, decidí jugar sin reiniciar, aunque muriera alguno de mis personajes —sin importar qué tan avanzado o encariñado estuviera con él o ella. Si moría en cualquier conflicto, terminaría la batalla y salvaría el juego. ¿Cuál fue mi experiencia con esto? Mis primeras cuatro horas con el juego me quise ver muy canchero y elegí la dificultad más alta —grave error en un juego como éste. Para la quinta batalla había muerto el 70% de mis personajes y se volvió imposible seguir superando los peligros. Estoy en contra de estar reiniciando cada batalla para hacerla perfecto. Me interesa el conflicto y el peso de mis buenas o malas decisiones.

¿Qué hice? Reinicié bajando la dificultad. Encontré un par de cosas. Resulta abismal, por ejemplo, la diferencia entre una y otra, pues jugar con reto avanzado vuelve las batallas tensísimas y peligrosísimas, ya que cada movimiento carga en sí mismo una angustia a morir inminente. Al bajar la dificultad, tu ejército tiende a tener siempre la delantera y saldrás airoso de casi todos los conflictos —eso sí, no te exime de que mueran uno o dos soldados en el camino. La mecánica de la muerte permanente me pareció riquísimo explorarla en la dificultad básica, donde no mueren muchos. Eventualmente, volveré a la dificultad mayor apagando la muerte permanente para disfrutar de un juego táctico difícil sin tantas consecuencias sentimentales. ¿Cómo recomiendo jugar? Como ustedes quieran: como sientan que van a estar más cómodos. Eso sí: evítense la pena de estar reiniciando el juego cada que alguien muere, pues, si le entraron a la muerte permanente, deberían aprender de ella. Yo vi a Vaike morir por mi culpa en manos de un lancero genérico que lo sorprendió a un turno de curarse, destruyendo horas de crecimiento de personaje y dejando viuda a Panne, a quien no he vuelto a usar, ya que juntos eran invencibles y ella sola es muy vulnerable. 

El momento en que un personaje muere, cierras los ojos. Entonces, le dedicas el tiempo necesario para sufrir la pérdida y sigues el combate con más ferocidad que nunca, buscando la venganza y creciendo a partir de ella. La muerte y las relaciones son el centro de este juego. Todo aquel que guste de tener una experiencia única y un juego distinto al que disfrutamos los demás, debe de clavarse en Fire Emblem Awakening, pues es más que números en pantalla: lo interesante es cómo esos números trascienden de nuestro Nintendo y se vuelven parte de nuestra sensibilidad a la hora de jugar. 

El Nintendo 3DS lo hace de nuevo. Malditos genios

Para tratar de cerrar con los puntos que quiero explorar de este juego, quiero hacer notar algunos de los temas que lo hacen único y tienen mucho que ver con la plataforma, el Nintendo 3DS. El arte de Awakening es de lo mejor que hay para esta consola portátil. Todo el juego hace uso de la tecnología tridimensional de una manera elegantísima y no concibo el título con el gimmick apagado. Durante los combates se podrá ver la profundidad del terreno ligeramente inclinado y cada una de las batallas pasará a un plano corto de combate, donde veremos a estos personajes batirse en armas con sus enemigos. Las tres dimensiones explotan dentro de nuestros ojos al ver las espadas chocar, el sonido apoya la experiencia haciendo sentir que cada golpe conectado es una victoria en sí misma. Cuando hay cuadros de conversación, aparecen en un plano bidimensional, por encima de la escena y muchos otros detalles que el 3D nos da. ¿Y qué decir de las secuencias de animación? Aunque escasas, tienen un cuidado del arte y diseño que muchas películas de anime actuales envidiarían. Cada vez que aparece una en pantalla, se siente como un regalo al que hemos accedido y se disfruta muchísimo. 

Awakening utiliza también el Spot y StreetPass para ir recopilando equipos de batalla que hayan enviado otros jugadores o bajar personajes de los juegos anteriores. También hace uso del reloj interno para que nuestros personajes se relacionen aún cuando el aparato está dormido. Cuando volvamos, veremos lo que hicieron mientras estábamos haciendo otras cosas. Creo que lo que más se rescata de esto es volver al jugador un espectador paciente, ya que si te esperas unas horas aparecerán nuevos enemigos para pelear en el mapa, mercaderes exclusivos y otros jugadores. Esto insta a tomar descansos y a no querer comer el juego de una sola sentada (y, por cierto, es bastante largo, así que dudo que lo hagan). Awakening explota los recursos gráficos del 3DS trayendo una experiencia bellísima que ningún otro juego de la consola ha explotado. No hay un solo momento en el que no estés viendo algo bello. Desde el pixel art de los sprites, hasta las secuencias de anime, todo está cuidado y se agradece tener algo tan bonito al alcance de nuestros ojos y manos.

Y entonces, ¿deben jugarlo?

Llegamos a la parte favorita de muchos, en la que el editor te dice si debes jugar un título y te da una opinión en forma de número. En la reseña anterior, varios lectores lo buscaron por todos lados sin encontrarlo y creo que es hora de aclarar algo: yo no califico juegos con número. Simplemente comparto mi experiencia, describo lo que creo importante y ustedes, como lectores deciden, si hacerle caso a mi recomendación o no. Así que, en lugar de darles un número digerido, trataré de cerrar con una conclusión.

Todo aquel que tenga un Nintendo 3DS y esté dispuesto a conocer uno de los juegos más importantes para esta consola debería de jugarlo. Tanto por el uso de la tecnología del aparato, como por la sutileza de las mecánicas que subyacen en un RPG de combate táctico, Fire Emblem Awakening se dispara como una flecha encendida al servicio de sus reglas y con ellas nos enmaraña en una historia llevada por los personajes y sus relaciones, por el arte cuidadísimo dentro y fuera del combate y por su amabilidad para hacernos creer que estamos frente a un título único de un género y una saga que se refina cada vez más. Aquellos que disfruten de ver crecer su experiencia como jugadores deberían darse una vuelta por Fire Emblem Awakening, uno de los títulos que recordaré con cariño y al que volveré, al igual que hago con otros de la misma clase. Nintendo con Intelligent Systems demuestra su versatilidad con un juego que obsesiona y divierte por igual, dándonos más que la suma de sus partes. 

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg