Con la intención de convertir a Mickey Mouse en un héroe interactivo para la actual generación de consolas, protagonizando el videojuego que demostraría que Disney Interactive era algo más que una casa productora de pasatiempos infantiles, Warren Spector presentó Epic Mickey en el 2010. Anunciado con toda la espectacularidad que se esperaría de un producto salido de la casa del ratón, y presentado como la más grande exclusiva que tendría el Wii durante ese año, el juego se convirtió en uno de los títulos más esperados hasta el momento de su lanzamiento. Al final del día, Epic Mickey llegó con una dinámica que resultó genérica, además de un confuso diseño de escenarios y una cámara que rápidamente pasó de molesta a traicionera, quitándole tantos méritos al juego que éste sólo pudo ser disfrutado por los verdaderos fanáticos de Disney y sólo algunos de ellos fueron capaces de ignorar todo sus fallos como producto interactivo…
Dos años después de haber establecido a Epic Mickey como marca, Junction Point Studios y Disney Interactive presentan la secuela con la intención de continuar la genial historia que se propuso en la primera parte, pero ahora con una mayor atención al producto como juego y no como una pieza que celebra el oscuro arte de Walt Disney. A diferencia de su antecesor, el título no sólo llega a todas las consolas caseras y computadoras personales, sino que también será lanzado junto con un tipo de precuela exclusiva para Nintendo 3DS, una banda sonora que no sólo incluye música, sino también canciones y además cuenta con nuevos personajes y muchas cosas más —todo presentado y vendido al más puro estilo Disney. Ahora, poniendo a un lado toda esta espectacularidad y mercadotecnia, nos quedamos con el juego y una duda: ¿nos decepcionará igual que lo hizo su antecesor hace dos años? La respuesta, la verdad, es ambigua.
Una vez que el páramo estuvo a salvo del Dr. Loco y sus peligrosas creaciones, la reconstrucción de este lugar se ve amenazada por terremotos y la presencia de criaturas oscuras que buscan destruirlo. Reformado, el Dr. Loco convence a Oswald de que él quiere ayudar a todos a rescatar el Páramo, pero Hortensia, la novia del conejo, no está segura de que lo que dice el Dr. sea verdad, por lo que invoca nuevamente a Mickey Mouse para que salve este mundo.
Quedándose dentro del género de plataformas, la más grande de todas las innovaciones que nos presenta Epic Mickey: The Power of Two es la posibilidad de que puedan jugar dos personas al mismo tiempo —detalle que suena bien, hasta que descubrimos que la pantalla dividida de manera vertical choca con la cámara de este juego, que para esta entrega resulta ser más incómoda y traicionera que la del título anterior… Es ahí donde comienzan los problemas.
Mickey Mouse puede dar un salto doble y cuenta con su pincel mágico, con el cual puede pintar o despintar objetos en el páramo, descubriendo secretos, abriendo caminos o pudiendo hacerse de nuevos amigos en su misión por rescatar este lugar. Oswald, por su lado, puede planear con sus orejas, además de que cuenta con un puñetazo y un control remoto con el que interactúa con objetos eléctricos y, junto con Mickey, ambos pueden realizar movimientos especiales y llegar a secciones de los escenarios que no son fáciles de acceder si sólo se juega con uno de los dos personajes. Aunado a lo anterior, el juego te llama a explorar con detalle cada escenario para encontrar pins, boletos, lugares emblemáticos en donde tomarte fotos y un sinfín de coleccionables más que, de una u otra forma, te ayudarán en tu camino (como las piezas de tela) o abrirán opciones extra como galerías de arte y videos.
Manteniendo el concepto de hacer referencia a las producciones olvidadas, poco exitosas o no publicadas por los estudios Disney, Epic Mickey: The Power of Two lo vuelve a hacer y nos ofrece una excepcional dirección de arte y una gran banda sonora que ahora incluye canciones, haciendo de este juego un divertido musical que logra tener una sorprendente adaptación al español latino. En cuanto al diseño de niveles y dinámicas de juego, se nota bien el esfuerzo del equipo por mejorar los errores que se vieron en la entrega anterior, pero, si consideramos que por sus protagonistas el juego está dirigido a niños pequeños, encontraremos momentos en el juego que no resultan tan intuitivos como lo pensaron sus desarrolladores (especialmente en un modo para dos jugadores).
En general, el título es largo, a momentos confuso y, para ser un juego de acción y aventura, sentimos que su ritmo es más accidentado que pausado, ofreciendo pocas razones para completarlo si no somos fanáticos del género o sus personajes. No puedo negar que visualmente es grandioso y que la cantidad de referencias, elementos en su dirección de arte y los momentos musicales nos hacen sentir que estamos en una animación clásica de Mickey Mouse. Pero, la verdad, todo esto es algo para un público que no es tan general como para el que este juego fue planeado. Epic Mickey: The Power of Two, sin ser un fracaso o una gran decepción como su antecesor, sólo se queda un buen paso adelante en buscar hacer de esta franquicia el juego que prometió Warren Spector con la primera entrega. Siete.
