Reseña: Jet Set Radio

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Hace 12 años ocurrió el famoso cambio de milenio, lo cual hoy nos parece cosa de nada. Existen jóvenes en sus veintes a quienes si les preguntamos por el Y2K, tendrían que consultar Wikipedia en su teléfono para saber, al menos, qué es. Sin embargo, en aquel lejano año 2000, la generación nacida en los ochenta se encontraba en plena adolescencia y llena de entusiasmo ante la carrera de las consolas de 128 bits; entonces, iba Sega adelantándose a la competencia con una consola que compartiría el fatídico destino de su compañía, el Dreamcast. Algunos recordarán el impresionante catálogo que tuvo: Sonic Adventure, Crazy Taxi, Power Stone, Space Channel 5, Samba de Amigo, y ChuChu Rocket!, por sólo mencionar algunos títulos, a los cuales es inevitable agregar otro cuya gran condenación fue haber nacido para el Dreamcast: Jet Set Radio.

Fue en el 2000 que el hoy desaparecido Smilebit Team de Sega desarrolló JSR. Era un juego impresionante en casi todos los aspectos. En lo visual era alucinante, su sistema de juego era adictivo, y la música mucho más interesante que la radio o la televisión, pero además de eso tenía aquello Mario siempre envidió de Sonic (y que algunas exitosas franquicias de hoy todavía no saben cómo conseguir): actitud. Con una mecánica e historia muy simples, JSR fusionaba el entusiasmo del nuevo milenio por el futuro, la fiebre de los deportes extremos, la popularización de la moda y el diseño, el gusto por la música electrónica y el salto mainstream de la contracultura, todo en el contexto de un Tokio vibrante y acelerado.

En Jet Set Radio uno seguía las hazañas de los GG, que son un clan de fashion punks con patines en línea futuristas, que además son street artists luchando contra grupos rivales para marcar la ciudad con graffiti. Todo eso mientras escapan de la policía o el ejército en frenéticas persecuciones, siempre al ritmo del extravagante DJ Professor K, que transmite la banda sonora del juego desde una estación pirata llamada Jet Set Radio. La fórmula podría sonar ridícula y semejante a la de algunas caricaturas de épocas pasadas (tortugas + patinetas + pizza + cowabunga; o ratones + motocicletas + hot-dogs + rock & roll), pero resultó en un juego bastante original y memorable que, más que un clásico, hoy podríamos considerar de culto casi secreto.

Un par de años después, hubo un sucesor para Xbox llamado Jet Set Radio Future, que no pasó a mayor gloria, y una versión de Game Boy Advance, pero este 2012 SEGA Heritage Collection rinde homenaje a tres de los títulos más queridos de la compañía con remakes de Nights into Dreams, Sonic Adventure 2 y, por su puesto, el Jet Set Radio original, del cual se encargó de trasladar Blit Software. Para muchos, el mero anuncio del lanzamiento ya era un sueño hecho realidad que, al mismo tiempo, pondría a prueba todas las virtudes que la nostalgia fue acumulando sobre JSR. Llegaba la hora de confrontar al título con más de una década de adelantos en la industria. Uno se preguntaba si la renovada versión en HD estaría a la altura visual de los títulos actuales.

Hoy, que estamos en una época donde juzgamos las tendencias con desdén inmediato (“¡Qué horror, eso es tan 2011 o incluso 2010!”), los resultados son impresionantes. Todos este tiempo ha pasado y JSR se mantiene fresco en los mismos aspectos que lo hicieron memorable y, en aquellos años, le valió reseñas favorables. Aunque estaría algo fuera de contexto una reflexión sobre la industria a razón del tecnologías como Wii, Kinect o PS Move, sí sería apropiado juzgar el avance de los videojuegos por la calidad de su diseño y sistema de juego. Esta nueva versión sólo tiene dos mejoras, la corrección de la cámara y, obviamente, los gráficos en alta definición; aparte de eso, el juego es exactamente el mismo. Sus brillantes colores y audaz diseño de personaje permanecen vigentes; los gráficos cel-shading lucen fluidos y nítidos; su mezcla de acid jazz, hip-hop, rock, breakbeat sigue siendo la envidia de las bandas sonoras; su sencillo sistema de juego basado en saltar y pintar te mantiene pegado a la pantalla y haciendo trucos con tan sólo presionar un par de botones. Sin embargo, JSR aún sufre del mal que le impidió alcanzar la perfección: controles que no son lo suficientemente precisos. Incluso la dificultad del juego puede convertir la falta de exactitud de los movimientos en un factor algo frustrante, aunque quizá fue el precio a pagar por mantener el esquema de controles mucho más sencillo que en juegos similares.

El objetivo es bastante simple: llenar la ciudad de graffiti, como marca de tu clan, venciendo a los rivales y escapando de la autoridad. Aunque JSR no cuenta con multijugador, la emocionante sensación de disparate y velocidad garantiza diversión por largos ratos. Conforme avanzan las misiones, los escenarios se plagan de policías y demás enemigos, que sumados al factor del tiempo límite aceleran el ritmo de juego hasta la desesperación más pura. Incluso, JSR evita la monotonía ya que en cada misión los objetivos y mecánicas son diferentes: a veces uno es perseguido y otras perseguidor, a veces hay que pintar y otras demostrar habilidad de patinaje.

Una manera concreta para definir la importancia de este título es que Jet Set Radio es un monumento a los valores estéticos de los videojuegos. No es realmente un juego acerca de patines, ni de música, baile, carreras o graffiti. De hecho, ni siquiera tiene cinemáticas que nos cuenten una historia profunda y emocional; la desenfadada historia es narrada por Professor K, mientras toca el formidable soundtrack de Hideki Naganuma (así como de otros artistas bajo licencia). La música juega un papel tan crucial que no por nada el juego lleva como título el nombre de la estación de radio pirata.

Antes de tener definido qué tipo de juego sería, JSR ya contaba con un fundamento de estilo muy preciso. De acuerdo a Ryuta Ueda, el director de arte, tenían un claro concepto audiovisual y estilístico antes de que decidieran incluso si sería un título de aventuras, un RPG, o lo que fuera. Aunque se trate de un simple juego de plataformas, JSR es una oda a la juventud y la rebeldía, que hoy más que nunca sigue vigente. Ahora que no podemos imaginar movimientos como Los Indignados o #YoSoy132 fuera del contexto de la internet, la brutalidad policiaca y el abuso de autoridad pueden entenderse como la caricatura que les representa en los antagonistas del juego, o igualmente como una dura crítica social: ¿cómo explicar el uso de gas, armas de fuego o helicópteros para reprimir un puñado de adolescentes con latas de pintura? Todo eso está contenido en un simple juego de caricaturas con una alta carga de ese infame concepto llamado “swag”.

Jet Set Radio demuestra no ser una mera estrella de su época y podría dejar una agradable experiencia a quienes no tuvieron la oportunidad de conocerlo hace 12 años; ofrece escenarios bien diseñados y cargados de adrenalina, un total de diez personajes para usar, una genial banda sonora con 29 de los 30 tracks originales, la posibilidad de crear tus propios diseños de graffiti y muchas horas de diversión. Como bonus contiene el breve documental —aunque no está en HD— The rude awakening, sobre el desarrollo de JSR, que incluye entrevistas con los desarrolladores originales de Smilebit. Este juego ya se encuentra disponible para descarga en Xbox Live Arcade, PlayStation Network y PC, y su lanzamiento para PlayStation Vita será el 16 de octubre. Ocho punto cinco.