Reseña: Dead Block

TRENDING

Cuando era niño solía jugar algo muy divertido con mi hermano: Una noche antes de que llegaran los Reyes Magos, pasábamos la tarde preparando trampas. En el jardín poníamos cubetas de agua “con somnífero” para el elefante, el camello y el caballo. En la puerta de la entrada “escondíamos” sillas para tensar cables indestructibles (agujetas de zapato). Cerca del árbol de navidad poníamos series de luces sin foquitos para “paralizarlos”. Sólo queríamos nuestro pedacito de Rey Mago.

Cambien a los Reyes Magos por muertos vivientes y tendrán Dead Block.

Ustedes son uno de los tres personajes: el boy scout Mike Bacon, el constructor Jack Foster y Foxy Jones, una ruda supervisora de parquímetros. Cada uno tiene habilidades especiales y se complementan muy bien: el constructor es bueno para destruir muebles y tapiar las ventanas, el boy scout es muy rápido para buscar tuercas para poner trampas y Foxy Jones le entra a los golpes como nadie. El objetivo del juego es simple: estás atrincherado en una casa y debes cumplir un objetivo simple antes de que las hordas de muertos vivientes que entran por las ventanas te devoren vivo.

El juego está ambientado en una parodia de los programas de terror norteamericanos de la década de los 50. El estilo también me recordó al genial Team Fortress 2.

Es curioso, casi siempre los juegos sitúan al jugador en un papel ofensivo. Sin embargo, el género de defensa de torres prueba que también puede ser muy divertido jugar a la defensiva. Es más: podría afirmar que, a veces, es mucho más genial jugar en cooperativo un título como Dead Block que un versus uno contra uno.

Jugué el título solo y con mi novia. La primera vez elegí al constructor y, como lobo solitario, morí miserablemente al no poder jugar con orden. En serio, como en cualquier juego de defensa de torres, es fundamental ser ordenado y planificar bien las acciones que debes realizar. La misma historia se repitió cuando jugué con Laura: al principio los muertos vivientes, literalmente, nos pasaban por encima.

El objetivo era reunir las piezas de una guitarra (el amplificador, la bocina y el instrumento), pues los muertos vivientes —como todos saben— no soportan el rock de los 50’s. En serio: es genial cuando, luego de mucho esforzarte, consigues completar un nivel y tu personaje comienza a tocar una rola (eso sí, el minijuego estilo Guitar Hero es malísimo) estilo Elvis que hace bailar hasta explotar a los enemigos. Es genial hasta que lo haces por décima vez…

Si no tienen un hermano, novia, primo, mono o perro con quién jugar Dead Block, les recomendaría no comprarlo. La experiencia de un jugador no sólo es difícil y confusa, también es complicada. La mecánica principal del juego puede volverse aburrida muy rápidamente. Romper muebles es divertido al principio, pero, luego de ocho o diez niveles, es algo cansado. El juego no tiene modo en línea; sin embargo, me parece que fue completamente pensado para el cooperativo local. Si no tienen la posibilidad de jugar así, ni lo intenten, simplemente no vale la pena.

La estrategia que adoptamos fue la siguiente: mientras yo con el constructor demolía todos los muebles de la aplicación, ella, con Foxy, se encargaba de explorar, poner trampas y pelear con los muertos vivientes que se colaban. Cuarto por cuarto, separarse es un suicidio.

La primera media hora fue muy divertida, pero después de un tiempo el juego se volvió muy repetitivo. No recuerdo haber presionado tanto el botón B en ningún otro juego. Ése es el principal problema del título. Presionar B para destruir muebles, los gatillos para buscar tuercas o el botón A en el momento preciso para obtener piezas, las acciones básicas, se vuelven muy repetitivas después de un tiempo. Es una pena, pues el título en verdad es muy divertido los primeros 15 minutos, entretenido los siguientes 15 y aburrido el resto de la hora y media que tardas después en terminarlo. La música es buena; sin embargo, como la repiten hasta el cansancio, simplemente la queman.

Para concluir, sólo me queda recomendarles que no compren este título si no van a poder jugar en cooperativo local. Y, aún así, sería reservado con la decisión. Sin duda es un juego de defensa de torres interesante, pero se vuelve tedioso rápidamente. Eso sí, pasaran unos primeros 15 minutos fantásticos. Diablos, ¿por qué los Reyes Magos ya no me traen nada?

Calificación: 5.5