Sí, sabemos que en Corea los más clavados con los videojuegos llegan a competir internacionalmente representando a su país, romper todo tipo de records y colgarse galardones por ello.
Pero ¿qué pasa cuándo el espíritu de competencia y la sana práctica trascienden toda esa ideología y se vuelve una adicción?; entonces debe ser tratada como tal… O al menos eso piensan en aquella nación y para eso han abierto unos campos de concentración campamentos que se dedican a tratar a chicos con problemas de adicción, a videojuegos.
En dichos lugares los jovencitos que han malgastado sus preciadas horas de niñez/adolescecncia frente a las pantallas son sometidos a rigurosos planes de actividad física y entrenamientos para adquisición de habilidades de tipo militar…
Kang Han-Sol, de 15 años de edad explica: “Mi madre me forzó a venir a este curso por que he jugado mucho videojuegos, espero este curso me mejore para que pueda dejar eso y dedicar más tiempo a estudiar”, aparentemente convencido de que se trata de lo mejor para él.
En el campamento, los chicos están (y deben mantenerse) por su cuenta, el tipo de actividades al que son sometidos son los mismos que los que algunos regimientos militares “imparten” para desarrollar capacidades de resistencia ante adversidades de varios tipos, fomento de la responsabilidad, entre otras. Los niños dentro son privados de PCs y dispositivos similares y solo tienen derecho a una hora de teléfono celular diaria, supervisada por supuesto por en caso de que quieran usar el aparato para jugar.
¿Les parecen adecuadas las medidas antes descritas? yo solo imagino que después de convertir a un niño en soldado, una vez que salga del campamento y se encuentre con cosas como Call of Duty seguro se sentirá tan identificado con lo ahí planteado que gastará mucho tiempo jugando ese y títulos similares…
Fuente: AllVoices
